A la hora de renovar la cocina, elegir bien los materiales, los colores y los acabados es importante, pero lo primero es definir qué distribución es la más adecuada en función de cómo la usas y, desde luego, para aprovechar al máximo el espacio y disfrutar de un ambiente cómodo y funcional.
Un buen primer consejo es agarrar papel y lápiz y dibujar un boceto en el que se reflejen las medidas (ancho, largo y alto), además de los huecos de las ventanas, puertas e instalaciones. No hace falta dibujar nada excesivamente detallado, sino simplemente saber concretamente con qué espacio cuentas. Es un ejercicio que te ayudará a definir qué zonas son importantes para ti y cómo quieres colocarlas. A veces, no todo el mundo cae en que lo más apropiado es que la zona de fuegos esté junto a las conexiones de gas y electricidad o la de lavado, cerca de los desagües, por ejemplo.
Para tenerlo todo más claro, hemos hablado con dos interioristas, Laura Laviña y Olga Alonso, socias fundadoras del estudio Diseño Interior Bruto. Ellas nos cuentan las ventajas e inconvenientes de las distribuciones más habituales, así como ideas y consejos para aprovechar mejor el espacio en cocinas pequeñas.
¿Qué debes tener en cuenta antes de elegir la distribución de la cocina?
En opinión de las interioristas, antes de elegir cualquier distribución para la cocina hay que tener en cuenta varios factores, "como el tamaño y su forma; los elementos estructurales (ventanas, puertas, radiadores, etc.) y el triángulo de trabajo, que es la relación que hay entre la zona de cocción (placa, horno y microondas), la zona de lavado (fregadero y lavavajillas) y zona de almacenaje (muebles de almacenaje, baldas, frigorífico, etc.)". Todo esto, pero también cuestiones como si se trata de una cocina abierta al salón-comedor o si es independiente, condicionará la distribución.
En L, en línea, con dos zonas enfrentadas…: ¿cuál es la mejor distribución en la cocina?
Preguntamos a las expertas por las distribuciones más habituales en cocinas pequeñas, sus ventajas y cuál es la mejor para aprovechar el espacio. En la distribución en L, los muebles se ubican en dos paredes formando un ángulo recto. "Para este caso, lo más cómodo es situar el fregadero en el lado más corto y dejar la parte más larga para zona de cocción y almacenaje. De esta manera, permitimos que quede una amplia zona de trabajo".
En cocinas pequeñas, estrechas y alargadas, la distribución en línea es la más conveniente. En este caso, los muebles se colocan en una sola pared, permitiendo así crear un triángulo de trabajo. "Lo ideal para esta distribución es situar el fregadero entre frigorífico y zona de cocción. En este tipo de cocinas se suele aprovechar al máximo la altura para colocar muebles y disponer de más almacenaje".
La distribución con dos zonas enfrentadas requiere de un espacio algo más amplio, ya que los muebles de cocina estarán distribuidos entre dos paredes enfrentadas. "Podremos crear nuestro triángulo de trabajo, colocando dos zonas en una pared y la otra en la pared de en frente, creando un espacio de trabajo confortable y fluido. Para nosotras, de las tres, esta es la distribución que más nos convence", apuntan las interioristas.
Estanterías abiertas, armarios altos y bajos o únicamente bajos…: ¿qué funciona mejor en la cocina y por qué?
En las cocinas pequeñas, una vez distribuidos los elementos esenciales, es muy importante aprovechar hasta el último rincón para almacenaje. Las profesionales de Diseño Interior Bruto recomiendan "optar por muebles de almacenaje altos y bajos". Además, creen que es"muy aconsejable combinar los muebles altos con alguna estantería abierta para evitar sensación de agobio y monotonía".En general, las estanterías abiertas aligeran visualmente el espacio, crean capas distintas (rompiendo la monotonía a la que las expertas se refieren) y añaden espacio almacenaje. Además, es buena idea "resaltarlas con iluminación led en la parte inferior". En todo caso, las estanterías abiertas también tienen alguna que otra desventaja, como, por ejemplo, "que hay que limpiarlas con mayor frecuencia y mantenerlas siempre ordenadas. Precisamente por eso, siempre recomendamos combinarlas con muebles cerrados", concluyen las interioristas.