Olores, almacenaje, ruido, amigos alrededor, compartir espacio con la gente que quieres, hacer vida, la cocina es el lugar donde se cuece todo (qué apropiado) en una casa, y plantear integrarla en el salón cuando afrontamos una reforma es una cuestión que se pregunta más de uno.
Si bien es cierto que para gustos los colores, también muy indicado para esto del interiorismo, no está de más saber qué piensan nuestros interioristas de cabecera sobre la idoneidad o no de unir dos espacios a priori tan dispares como la cocina y el salón. Con este dilema interior inauguramos esta sección del mismo nombre, con la sana intención de hacer la vida más fácil o al menos, de conocer las opiniones de los que saben de verdad. Y mucho.
¿Por qué sí integrar la cocina en el salón?
Para Galán Sobrini es un sí rotundo si se trata de una vivienda no muy grande y siempre y cuando la cocina sea espectacular. “Ganas muchísima amplitud. No en vano, la cocina se ha convertido en uno de los puntos mas importantes de reunión de la casa y lo hemos interiorizado como un salón más. Es un espacio clave en la zona de día y si por el limitado espacio o por la forma de vivir de los usuarios puede estar abierto al salón, pues ganaremos muchas ventajas. Eso sí, no nos parece que funcione tan bien cuando en la vivienda hay niños pequeños”.
Estudio Viteri Lapeña también es un sí con condiciones. “Sí, nos gustan las cocinas abiertas, porque aportan una mayor sensación de amplitud a los espacios al prescindir de puertas o tabiques que obstaculicen la comunicación entre las estancias. Otra gran ventaja es que se puede aprovechar mejor la luz, permitiendo que se distribuya entre los ambientes contiguos y hasta sacarle partido a la que filtre por la cocina para hacerla llegar al salón y viceversa".
"Hoy en día la cocina se ha convertido en el corazón de todas las reuniones y fiestas en casa, estando abierta al salón es más participativa y se favorece la comunicación familiar –añade–. Pero si consideramos la cocina como un lugar de trabajo donde probablemente se generen ruidos, suciedad y olores, somos partidarios de soluciones intermedias. Un cerramiento acristalado, ya sea de madera o de metal, que nos permita comunicar o separar la cocina con el resto de las estancias según la necesidad. En el estudio nos encanta crear diseños personalizados a este tipo de cerramientos de forma que aporten un carácter único a estas estancias. Así que… Sí, cocina abierta, pero con posibilidad de independizar”.
¿Cuándo integrar la cocina en el salón?
Para Laura Gärna de Gärna Studio tampoco hay muchas dudas. “Cocina integrada, absolutamente sí. En las cocinas de Estados Unidos, Reino Unido, norte de Europa, desde siempre se ha integrado porque en el fondo la palabra hogar viene del fuego donde se cocina y al final la cocina siempre ha sido el centro de la casa", nos cuenta.
"Y en España tradicionalmente se ponía en el otro extremo y obedecía a que en otros tiempos había servicio o un tema social en el que el ama de casa o la persona que cocinaba estaba alejada por cuestiones de olores o prácticas. Pero la realidad es que hoy en día, la inmensa mayoría de nuestros clientes piden la cocina al lado del salón, del comedor o de la zona de estar, si bien muchas veces lo que hacemos en España todavía es comunicarlo con una puerta corredera o un sistema en el que pueda ser abierto y cerrado, que dé las posibilidades de independizar en un momento dado o abrir completamente. Entonces: sí 100% a favor. Pero siempre, desde un apartamento pequeñito hasta una casa de dos mil metros cuadrados, como el proyecto que estamos haciendo ahora en La Moraleja y con la cocina integrada. Si te lo puedes permitir, lo suyo es tener algo así como dos cocinas o dos espacios, una más estética y otra parte donde se almacenen las cosas que no son bonitas de ver”.
Integración es la palabra que define la opinión de Miguel Muñoz. “Yo soy muy partidario de integrar la cocina en el salón por muchos motivos. Porque ganamos espacio, luminosidad y nos permite, dentro de una misma estancia, compartir el espacio con la familia o simplemente cuando una persona vive sola puede disfrutar de ese momento en el salón cuando está preparando, cocinando o trabajando en la cocina. Pero es muy relativo el sí o el no porque cuando hablamos de viviendas muy grandes quizá nos permite tener una cocina independiente que pueda cumplir todas esas funciones de las que hablamos, pero cuando son viviendas más pequeñas creo que poder unificar espacios nos va a dar más amplitud pero no siempre se contempla”.
Cocina integrada en el salón rotundamente sí, dice Virginia Sánchez. “Me encantan los espacios abiertos y conectados entre sí, especialmente cocina y salón, porque la cocina es un lugar de disfrute, de reunión con amigos, familia, en tu día a día, el poder disfrutar y compartir con quien esté en casa sin tener que irte a otro espacio, que quienes estén forman parte de la preparación de la comida, que se sientan en casa, que se puedan tomar algo mientras das el último hervor al plato que estás cocinando. Y eso no es posible si hay un muro como barrera. Definitivamente sí. Luego además a día de hoy hay un montón de soluciones para que los electrodomésticos queden integrados y sean estéticos, así como de acabados para que no resulten cocinas frías al uso sino para que sean muebles de salón, con campanas extractoras que funcionan cada vez más silenciosas y con mayor capacidad. Y también se puede recurrir a un fregadero de mayor tamaño para que lo que no te dé tiempo a recoger, dejarlo ahí. Así que un sí definitivo, sobre todo porque es un acto social. Y porque nada de muros ni barreras arquitectónicas que son un horror en el tipo de vida que llevamos hoy en día con nuestros hijos, con la pareja, amigos. Y la privacidad para los espacios que de verdad requieren esa privacidad".
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