Golpe de efecto: así se convierte un bajo en un loft impecable
Te enseñamos cómo sacarle el máximo partido a una planta baja y a convertirla en una vivienda con todas las comodidades.
Los más urbanitas deberían saber que vivir en un bajo no resulta tan extraño. Y que además de albergar supermercados, peluquerías, bares y negocios de diversa índole, las plantas bajas también pueden resultar espacios perfectamente adecuados en los que vivir. Una tipología de vivienda que sigue estando de lo más extendida por pequeñas villas y pueblos donde los edificios en altura brillan por su ausencia. Mientras que en las grandes ciudades continúan presentes en esas pequeñas barriadas que han sabido mantener su trama urbana más o menos intacta, o en pequeños comercios reconvertidos en viviendas. Pero además de los necesarios permisos y de las adecuadas condiciones de habitabilidad, llegar a convertir un bajo en una vivienda con todas las comodidades puede resultar un proceso con muchos más condicionantes de los que puedas imaginar. Y para lograr superarlo, nada como prestar buena atención a esta serie de consejos con los que lograrás convertir cualquier bajo en una vivienda perfectamente habitable.
Más luz
Llegar a disponer de más luz y saber aprovecharla lo máximo posible, deberá ser la piedra angular de todas las decisiones de reforma y decoración que tomemos para nuestra vivienda en planta baja. Esa es la razón que nos lleva a situarla como el primer punto de esta serie de consejos, y a ser el elemento que nunca deberás obviar a la hora de elegir desde el estampado de los cojines, al color de las paredes. La luz artificial será por su parte un factor igualmente importante. Ya que dependiendo de la propia organización de la vivienda, podrá ser necesaria como luz de apoyo incluso durante las horas del día con mayor cantidad de luz natural. Una buena idea será el de crear sistemas de iluminación en el que la luz se comporte de la manera más “natural” posible, incidiendo de manera cenital y distribuyéndose de forma difusa.
Reorganizar los espacios
Dependiendo de la arquitectura de la vivienda, esta recibirá mayor o menor cantidad de luz durante las horas del día. Pero lo más habitual será que, al estar situadas a cota de suelo, las viviendas en planta baja reciban mucha menos luz que cualquier otra tipología de vivienda. Eso nos conducirá a tener que organizar muy concienzudamente la distribución de los espacios en función de la orientación de la casa, la disposición de las ventanas o la existencia de algún patio de luces o patio trasero. Por regla general las zonas con mayor cantidad de luz las destinaremos a las zonas de día, como cocina y sala de estar. Mientras que aquellas donde sea más difícil contar con una buena cantidad de luz natural, irán destinadas a baños, aseos y dormitorios.
Una base en tonos claros
Siguiendo con nuestra máxima de poder crear un interior lo más luminoso posible, a la hora de elegir la gama de colores de nuestra vivienda lo mejor será apostar por una combinación con base en tonos claros. ¿Significa eso tener que renunciar a la utilización de gamas más intensas u oscuras? Ni mucho menos. Pero lo mejor será destinar esas notas de color a elementos que generen contraste como cortinas, alfombras, tapizados o alguna pieza de mobiliario. Ya que utilizarlos con profusión sobre paredes o techos podría generar una atmósfera demasiado cerrada.
Tabiques de cristal
A la hora de compartimentar el espacio interior de nuestra vivienda en planta baja, deberemos hacerlo intentando que todas las habitaciones puedan recibir la mayor cantidad de luz natural posible. En ocasiones puede resultar una labor difícil, y en otras incluso un objetivo completamente imposible. En esos casos podremos recurrir a ingeniosos tabiques de cristal, cortinas, puertas correderas, plegables… o a diferentes combinaciones de estos elementos.
Un suelo continuo
Para desmaterializar todavía más esos elementos de partición interior y generar una mayor sensación de amplitud, lo mejor será contribuir a construir un ambiente en el que la luz y el espacio fluyan de la manera más libre posible. Para ello una buena idea será la de disponer de un suelo continuo y huir de realizar más combinaciones de las necesarias en el pavimento. Pero ojo, porque en las viviendas en planta baja no nos servirá cualquier clase de solado, y su elección dependerá mucho de la climatología y de importantes factores ambientales como la humedad. Deberemos tener también muy en cuenta que las viviendas en planta baja pueden verse afectadas de manera muy particular por lluvias torrenciales o imprevisibles inundaciones. Ante estas circunstancias, tendremos que estar muy seguros antes de decidirnos por instalar un suelo de madera natural. Pudiendo optar por materiales más resistentes como un gres porcelánico —los hay con efecto madera—, un suelo de hormigón pulido o un terrazo. Materiales que por el contrario aportarán una mayor sensación de frialdad, que podremos intentar contrarrestar con alfombras o sistemas de calefacción por suelo radiante.
Una atmósfera cálida
Que nuestra vivienda en planta baja no termine convertida en una especie de caverna fría y húmeda, dependerá de nuestra habilidad para saber introducir diferentes elementos que aporten una buena dosis de calidez al ambiente. Materiales como el ladrillo visto o la madera serán excelentes opciones. Pero como veíamos, introducir un pavimento de madera no será del todo fácil, e incluso en ocasiones resultará de lo más desaconsejable. Como alternativa, puedes utilizar la madera para revestir paredes o incluso techos. De esta manera no solamente contribuirás a crear una atmósfera cálida, sino que preservarás la durabilidad de estas piezas. Que no deberán hacer frente a los estragos causados por las continuas idas y venidas que deben soportar los pavimentos.
Líneas sencillas
El estilo del mobiliario, la presencia o no de molduras y su diseño, los marcos de puertas y armarios, las dimensiones de los rodapié… En definitiva, toda esa serie de pequeños detalles que abundan en terrenos que van desde lo constructivo, a lo meramente decorativo, también influirán en la calidad espacial de nuestra vivienda. Siendo en el caso de una vivienda en planta baja especialmente adecuado seguir un estilo minimalista de líneas fluidas, con el que intentaremos huir de todo elemento con cambios bruscos en sus superficies o con abigarrados motivos decorativos. Elementos que en otras circunstancias podrían resultar más o menos atractivos, pero que en el caso de esta tipología de vivienda no van hacer sino generar más y más cantidades de sombras. Contribuyendo a oscurecer el ambiente y a generar esa atmósfera a sótano mal iluminado de la que tanto intentamos huir.
Las ventajas de una cocina abierta
Como consecuencia de esa búsqueda por crear un ambiente lo más diáfano posible, y con la menor cantidad de particiones interiores, nos encontramos con la estupenda idea de contar con una cocina abierta. Una tipología que es máxima tendencia, y cuya implantación no va hacer sino incrementarse en los próximos años. Con una de ellas en nuestra vivienda en planta baja contribuiremos a eliminar barreras visuales, favoreceremos la fluidez del espacio interior, aumentaremos la facilidad de movimientos y haremos que la luz se distribuya de una manera más uniforme por todo el ambiente.
Ventanas y contraventanas
Una vivienda en planta baja implica, por regla general, un acceso más directo entre nuestro hogar y un mundo exterior en el que, en ocasiones, reinan las miradas indiscretas. Habitual será también que además de la puerta, algunas de las ventanas de la vivienda recaigan directamente sobre la calle. Algo que si eres de a quienes les gusta preservar su intimidad, puedas llegar a encontrar de lo más molesto o incluso hacerte sentir incomodo. Como posible solución, puedes plantearte la opción de colocar algún sistema de persianas o contraventanas. Estas últimas resultarán especialmente prácticas colocadas en el interior de la vivienda. Y para las horas de sol, instalar unas cortinas o unos buenos estores mantendrá el interior de nuestro hogar a salvo de miradas curiosas sin impedir la entrada de la luz natural.