Visionaria, apasionada, tenaz, diva. Como reza el dicho, Zaha Hadid (1950-2016) fue genio y figura hasta la sepultura. Figura clave para muchos en la evolución y experimentación de una arquitectura para pensar los nuevos espacios del siglo XXI, concibió su trabajo como una transformación de la visión del futuro y consiguió crear obras y diseños llenos de originalidad, fuerza y vanguardismo.
Zaha Hadid tuvo que luchar duro para superar su doble condición de fémina y árabe e ingresar en el sancta santórum de los arquitectos estrella, un club exclusivo de hombres hasta que ella llegó. No lo tuvo fácil, y eso se reflejó en su fuerte carácter y en la polémica que a menudo le acompañó en sus propuestas y sus actitudes. Hé aquí algunos datos de su biografía que quizás desconozcas y que arrojan luz sobre la persona y el personaje.
01 Vena artística
Zaha Hadid no solo destacó en la arquitectura. También diseñó zapatos, lavabos, joyas... Y también sobresalió como artista. Los dibujos con los que conceptualizaba y presentaba sus proyectos son auténticas obras de arte que han merecido exposiciones en los museos más prestigiosos del mundo. Fue precisamente una muestra de sus increíbles dibujos arquitectónicos dentro de la exhibición Deconstructivismo en la Arquitectura organizada por el MoMA de Nueva York en 1988 lo que despertó el interés de Rolf Fehlbaum, dueño de la firma de mobiliario Vitra, por el trabajo por la arquitecta. El decidió darle la oportunidad de levantar el que sería su primer proyecto concluido, la estación de bomberos de la fábrica de Vitra, construida en el año 1994, con el que saltó definitivamente a la fama.
02 Arquitecta sobre el papel
Pocos arquitectos han llegado al preciado Premio Pritzker, el Nobel de la arquitectura, con tan escasa obra acabada. Cuando Zaha Hadid lo ganó en 2004, convirtiéndose en la primera mujer en obtenerlo, solo cuatro de sus proyectos se habían concluido. Hasta ese momento se la consideraba más teórica que constructora, en parte debido a su extremo vanguardismo y originalidad que muchas veces creaban dudas sobre lo arriesgado de sus construcciones y lo elevado de su coste. Innovadora por naturaleza, lo suyo era la fluidez, las formas orgánicas y las líneas sensuales. Pero fue precisamente ese radicalismo sin contemporización lo que movió al jurado del premio a reconocer su osadía.
03 Apasionada de la moda
Zaha Hadid tuvo una relación profunda y fructífera con el mundo de la moda. En una entrevista con Naomi Campbell (sí, la top model británica) para la revista Interview Russia en el año 2012, menciona la influencia que tuvo en ella el ambiente multicultural en el que creció, habla de como terminó involucrándose en el mundo del diseño de modas y de cómo siempre había estado interesada en el mismo. Diseño bolsos para Louis Vuitton, escenografías para desfiles de colecciones de Chanel creadas por Karl Lagerfeld, envases para fragancias de Donna Karan... En ocasiones especiales vestía atuendos especialmente diseñados para ella por su diseñadora favorita, Elke Walter, y lucía extravagantes anillos de su propia creación.
04 Una mujer de armas tomar
Las dificultades que tuvo que arrostrar para convertirse en una arquitecta de prestigio forjaron una personalidad fuerte, a veces brusca y cortante. Particularmente célebre es un episodio de 2003 en La Coruña. Allí llegó para presentar ante un auditorio abarrotado su propuesta para la Casa de la Historia. Nada más empezar, la anglo-iraquí se quejó de que no podía hablar a la vez que el intérprete, y poco después lo acusó de no estar traduciendo bien sus palabras. Ambos se enzarzaron en medio del desconcierto general. La situación fue tan tensa, que el jurado no se atrevió a hacerle preguntas al acabar su intervención.
05 Una herencia polémica
La controversia sobre su figura no acabó con su muerte, que cogió a todos desprevenidos. No tenía marido ni hijos y su relación familiar más cercana era una sobrina, Rana Hadid, que convivió con ella en algunos periodos de tiempo. Al poco tiempo surgió la disputa por su legado, valorado en unos 80 millones de euros. Su número dos en el estudio, Patrick Schumacher, pidió al Alto Tribunal de Londres la gestión y el control de la herencia y la retirada, o destitución por parte del juez, de los tres albaceas nombrados para gestionar su testamento y repartir la herencia: la sobrina de la arquitecta, Lord Palumbo, conocido patriarca de una familia que también lleva enzarzada varias décadas en su propia guerra por la herencia Palumbo, y el artista Brian Clarke.