Hasta hace seis años, el de Frida Escobedo era un nombre que decía muy poco (o nada) al público interesado en la arquitectura. En 2018 fue elegida para proyectar el pabellón de verano de la Serpentine en los jardines de Kensington de Londres y todo cambió. No solo fue de las primeras mujeres en diseñar el proyecto más mediático del verano londinense, sino, y sobre todo, la más joven. Así, de un día para otro, el de Frida Escobedo era un nombre que aparecía en todas las publicaciones especializadas. Aquel pabellón de la Serpentine, uno de los mejores diseñados en la última década, con permiso del de Francis Keré y el de Selgas Cano, estaba plagado de detalles y destacaba, entre otras cosas, por sus patios interiores: una característica de la arquitectura doméstica mexicana.

 

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Render de la nueva plaza del Centro Pompidou.

Render de la nueva plaza del Centro Pompidou, un diseño de Moreau Kusunoki y Frida Escobedo.

Moreau Kusunoki en colaboración con Frida Escobedo

 

Ahora, de nuevo, el nombre de Escobedo vuelve a sonar con fuerza porque ella es una de las elegidas para renovar el Centro Pompidou de París, un icono de la arquitectura high-tech diseñado hace ya casi medio siglo por Richard Rogers y Renzo Piano, que, por cierto, ha dado sus bendiciones al proyecto. Además, también ha recibido el encargo de ampliar el ala de Arte Moderno y Contemporáneo del MoMA de Nueva York.

Pabellón de verano de la Serpentine (2018), un proyecto de Frida Escobedo

Pabellón de verano de la Serpentine (2018), un proyecto de Frida Escobedo.

CC BY-SA 4.0

Arquitectura sencilla inspirada en el contexto

Escobedo asegura encontrar inspiración "en los aspectos de nuestro entorno que pasan desapercibidos, donde convergen lo artesanal y lo práctico". Como con el pabellón de la Serpentine, la mexicana cree que la esencia de un proyecto puede hacerse visible a través de formas sencillas. "Cada proyecto, ya sea un museo, una biblioteca o una instalación temporal, utiliza los elementos arquitectónicos como herramientas de negociación y consenso, descubriendo e implicando su contexto único", apunta. Escobedo, que abrió su estudio en 2006, lleva ya casi dos décadas haciendo gala de una personalísima visión de la arquitectura, que cuestiona sus límites, a través de proyectos residenciales, rehabilitaciones o intervenciones temporales como la de la Serpentine.

En el museo La Tallera (2012), Frida Escobedo renovó la plaza de acceso.

En el museo La Tallera (2012), Frida Escobedo renovó la plaza de acceso.

CC BY 4.0

Proyectos que transforman la relación entre las personas y el edificio

"Nuestro compromiso polifacético con la arquitectura, el arte, la instalación, la investigación y el mundo académico trata de integrar significados e intenciones dispares; de ver nuestro trabajo como un lenguaje en evolución. Esto implica reflexionar sobre el tiempo, interpretar las huellas existentes y considerar las nuevas que dejará el proyecto. La arquitectura lleva las marcas de la duración, la vida y la intemperie". Escobedo no anhela grandeza, sino que busca el detalle, y sobre todo la evolución. La propuesta para el Pompidou da fe de ello, pero también uno de sus primeros proyectos: la renovación del Museo de Arte Contemporáneo de La Tallera (2012), en Cuernavaca, Morelos –antiguo taller y residencia del artista David Alfaro Siquierios–, cuya nueva plaza de acceso transformó la relación entre el edificio y el visitante. Escobedo se construyó una reputación también con el pabellón El Eco (2010) y el Hotel Boca Chica (2014), ambos en México.

 

Tienda Aesop Park Slope en Brooklyn, Nueva York: un diseño de Frida Escobedo.

Tienda Aesop Park Slope en Brooklyn, Nueva York: un diseño de Frida Escobedo.

Aesop

 

Luego, entre 2014 y 2018 llegaron las tiendas de Aesop (cinco en total), y más recientemente, y como ya hemos comentado, su selección para diseñar la nueva ala de Arte Moderno y Contemporáneo del MoMA de Nueva York (de nuevo, es la mujer más joven en diseñar para la institución). Escobedo ha dado clases de arquitectura en la Universidad de Columbia, la de Harvard, la de Yale o la Architectural Association de Londres. En 2024, ha sido galardonada con el Le Prix Charlotte Perriand, un reconocimiento que, según la Créateurs Design Association & Awards, se otorga a quienes "han superado los límites del diseño y la arquitectura, inspirando la innovación y desafiado las normas convencionales".