Aunque puedan parecer un invento moderno, las celosías nacieron hace muchos años a orillas del Mediterráneo, en el antiguo Egipto. Los registros ubican la primera de estas estructuras en el templo de Karnak, en Tebas, que estaba dedicado a Amón, el gran dios del Reino Nuevo. De ahí llegaron hasta Grecia y posteriormente al resto del mundo –las de la Alhambra justifican un viaje a Granada–, hasta seguir presentes en nuestros días.
El origen de la palabra viene del latín zelus –celo–, spoiler de una de sus funciones: proteger la intimidad. Las hay de hierro forjado o de yeso, pero si hay una que ha calado especialmente es la de ladrillo perforado, reinterpretada en clave contemporánea.
Filtro solar
Uno de los que se ha rendido a sus encantos es José María Gimeno, CEO y fundador de Summumstudio. Desde Castellón, son los autores de Icon para WOW Design. Se trata de un sistema modular de piezas cerámicas en tres dimensiones que se apilan unas con otras para dar lugar a patrones y dibujos infinitos, tanto en interiores como en exteriores.
Una creación que ha obtenido diferentes galardones internacionales y que convierte a Gimeno en una voz autorizada para hablar de las cualidades de estas celosías de ladrillo perforado que tantos espacios están conquistando en la actualidad.
"Son unas de las mejores reguladoras naturales de la luz", afirma entusiasmado. No bloquean la entrada de los rayos solares, sino que les animan a entrar y a seguir circulando, iluminando y calentando –pero no mucho– las habitaciones.
El aire es el otro elemento natural que se filtra a través del ladrillo perforado, lo que genera una atmósfera más fresca. Si, como dicen los expertos, la ventilación es una de las claves para vivir en una casa sana, aquí encuentran a una aliada perfecta.
Inma Bermúdez también ha sucumbido a las virtudes de estos elementos arquitectónicos. La Premio Nacional de Diseño 2022 es la creadora de los modelos Roberta y Matilda para la firma Nadis. Las concibió en su estudio de Valencia, donde, el pasado verano, se vivieron jornadas con una sensación térmica de entre 38 y 46 grados.
"Sobre todo en zonas cálidas es una manera muy adecuada de controlar los grados en el interior de los edificios", comenta sobre las celosías. "Definitivamente, su uso nos puede ayudar a reducir el consumo energético y el impacto en el medioambiente que conlleva".
Separaciones amables
Tanto arquitectos como interioristas encuentran en estas estructuras una vía alternativa para alcanzar algo que parece sencillo, pero que en la práctica no lo es tanto, como es separar de una forma elegante, pero clara. No son tan contundentes como un tabique ni tan precarias como un biombo. Son un término medio que encaja con una estética de interiores esenciales, pero con profundidad.
"Enriquecen espacial y emocionalmente las casas", argumenta José María Gimeno. "Delimitan espacios y conectan ambientes de una forma única y, si se combinan diferentes modelos, las posibilidades decorativas se multiplican", apunta Inma Bermúdez.
Pero el ladrillo perforado no triunfa solamente dentro, sino que también despliega su belleza en las fachadas, tanto de viviendas particulares como de obra pública, en el Levante español y en otras latitudes. Joan Miquel Seguí es el autor de la entrada a la estación intermodal de Palma de Mallorca, que recibió el primer premio en la categoría de Arquitectura en los XVII Premios Ascer de 2018.
"Una vez la estructura prefabricada estuvo montada –recuerda– se envolvió con una celosía que le dio la calidez necesaria e integró el conjunto en el entorno". La presencia de artesanos locales en la isla que elaboran ladrillos cerámicos favorece la proliferación de este tipo de soluciones, convirtiéndose en toda una seña de identidad en las Baleares y que Seguí ha querido visibilizar de esta manera.
Un material redondo
Tanto José María Gimeno como Inma Bermúdez se sienten orgullosos de las materias primas que han utilizado para dar forma a sus celosías. "Los materiales empleados en la fabricación de Icon se basan en las arcillas de gres reutilizadas, la chamota, por lo que no solo contribuye a la mejora del entorno, sino que, además, está fabricada según los estándares de la economía circular", sostiene Gimeno.
"Se realizan con materiales de bajo impacto medioambiental y son fácilmente reutilizables", cuenta Bermúdez. Solo hace falta un poco de imaginación para pensar en una segunda vida –o tercera– para estos elementos. De momento, su primera vida parece garantizada, a tenor de la cantidad y calidad de proyectos en los que participa. No es para menos.