Garantizar una buena distribución en el baño es uno de los objetivos más complejos en decoración. El servicio suele estar caracterizado por ocupar un espacio muy ínfimo respecto a todos los metros cuadrados disponibles de la casa, por lo que la organización estratégica es primordial. Hasta ahora, hemos probado diferentes trucos para sacar la máxima funcionalidad al ambiente, como quitar el anticuado bidé u optar por platos de ducha. Sin embargo, hay una alternativa mucho más innovadora, que consiste en dejar libre gran parte del suelo y aprovechar la presencia de las paredes: los muebles de baño suspendidos.
Con la llegada de este tipo de mobiliario a los baños pequeños, la modernidad y la funcionalidad se ha instalado en los mismos, hasta tal punto que ya no se concibe una zona de aseo nueva sin modelos suspendidos. Las bases y los pies que ocupaban gran parte de la superficie dicen adiós, para acoger sistemas de sujeción verticales, que potencian todo el rendimiento posible de la estancia dedicada a la higiene y el cuidado personal.
Los muebles suspendidos: la mejor solución para un baño pequeño, funcional y contemporáneo
Lavabos discretos
El lavabo es uno de los detalles más discretos del baño, en cambio, es el que tiene más funcionalidad. En algunas ocasiones, hemos podido ver como los modelos con base ocupan gran parte del suelo, sin tener una finalidad bien definida. Sin embargo, gracias a la técnica suspendida, la superficie queda liberada para dejar diferentes objetos voluminosos en su parte inferior. La pared es capaz de soportar un elemento ligero y con los extras justos.
Retretes modernos
Siempre hemos optado por una gran sujeción en cuanto al retrete por temas ajenos a la estética, como son los conductos. No obstante, si se escoge con un profesional el lugar correcto para que no haya problemas con las tuberías, se puede optar por una pieza suspendida que quede bien arraigada al muro. La gran base que siempre les han acompañado, no tiene más practicidad que la de dar una gran consistencia al baño. Por lo tanto, si cuentas con un servicio con pocos metros, la pared puede ser la mejor solución para no desaprovechar más el espacio.
Almacenaje ante todo
Guardar con sensatez es algo que no hay que olvidar en el baño. Los muebles horizontales cumplen con una finalidad muy correcta dentro de la estancia de aseo, aunque si no se analiza bien el espacio que va a tener destinado, el objetivo de optimizar el ambiente puede tener un efecto contrario. La mejor idea es aprovechar la parte inferior del lavabo para poner un gran mueble con cajoneras y armarios pequeños incorporados en la pared. La zona del lavamanos puede ir completamente integrada en la superficie o con modelos sobre encimeras que eleven su presencia. Para contrarrestar los acabados de mármol y hormigón, típicos de estos detalles, apuesta por muebles de madera u otros materiales naturales.
Muebles estrechos muy prácticos
El resto de mobiliario se debe tener en cuenta a la hora de optar por modelos suspendidos. Los armarios altos de almacenaje y las baldas independientes son los aliados perfectos para no recurrir al suelo en cuanto a la sujeción. No obstante, también existen otras piezas más verticales y estrechas, que se adaptan a la perfección a cualquier rincón. Es muy importante considerar si estas también pueden estar integradas en la extensión del muro, ya que su objetivo es potenciar el orden y, de lo contrario, no tendrían el máximo rendimiento. Se puede escoger tener un baño completamente exento de muebles fijados a la superficie, y obtener un suelo desvinculado de cualquier elemento que resta metros cuadrados.