El metro cuadrado habitable se está convirtiendo cada día más en un bien de lujo. En ciudades como Madrid o Barcelona ronda los 5.000 €. Por eso se hace imprescindible saber sacar al espacio el máximo partido para reducir costes y ganar comodidad. Te damos 10 sugerencias para que allí donde falten metros, te sobren ideas.
01
Orden igual a espacio
Desde el punto de vista de la percepción, uno de los aspectos que hace que un espacio nos parezca más pequeño de lo que en realidad es radica en el desorden. Puede serlo en el sentido más tradicional de la palabra o puede tratarse de un desorden que nazca del diseño. Una composición proporcionada en la que haya una elección exquisita de los elementos dispuestos de forma geométrica y controlada hará que, a pesar de que el lugar disponga de una superficie reducida, lo percibamos amplio y funcional.
02
Una cuestión subjetiva
Los espacios se miden objetiva y subjetivamente. De nada sirve tener muchos metros si a ojos del usuario parecen insuficientes. La claridad de un lugar es capital para que la subjetividad esté de nuestra parte. Las dos claves primordiales en este sentido son una buena iluminación y el predominio del color blanco para lograr una percepción amplia del espacio.
03
Muebles continuos
Colocar muebles convencionales en un espacio puede ser contraproducente ya que lo consumen visualmente. En ocasiones es más conveniente crear muebles de suelo a techo y de pared a pared que sean además muros divisorios. Así ganamos los metros que ocuparía el tabique y son casi invisibles.
04
Entornos flexibles
Uno de los recursos mejor explotados por la arquitectura contemporánea es la multifunción de los espacios, es decir, el diseño de viviendas con estancias intercambiables o incluso con la capacidad de unirse. Este tipo de flexibilidad útil aumenta las posibilidades de cualquier espacio.
05
Comunicar y servir
Los espacios de recorrido pueden consumir hasta un 20% de la superficie de una vivienda, lo que solo tiene sentido si se conciben simultáneamente como de uso y recorrido. Un rellano o un pasillo un poco más amplios de lo habitual se pueden convertir fácilmente en estudios o salas de juegos.
06
Ganar espacio en altura
La normativa actual exige una altura interior entre suelo y techo, sin revestimientos, de unos 2,70 m. Una vez puesto el pavimento y los falsos techos suele quedar alrededor de 2,5 m, la altura mínima exigida. Pero existen numerosos edificios de cierta antigüedad con techos muy altos que permiten un aprovechamiento mucho más intenso del volumen interior de la vivienda, para generar por ejemplo un dormitorio elevado.
07
Luces que expanden
La luz artificial, aunque no hará que una sala tenga más metros, sí puede ayudarnos a que los metros que tiene parezcan mejor aprovechados, pues al fin y al cabo es un recurso que aporta orden y claridad. Por ejemplo, si iluminamos una sala desde el centro hacia el perímetro tendremos la percepción de que se ensancha. En cambio, si lo hacemos al contrario, iluminando una pared con baños de luz por ejemplo, la sensación será que las paredes se nos acercan. Otro ejemplo sería iluminar siempre el espacio libre en lugar del que está ocupado. De este modo, si tenemos una estantería con objetos de decoración, la iluminación no debería de ensalzarlos demasiado.
08
Lo irregular tiene arreglo
En ocasiones hemos de acomodar una distribución en viviendas o pisos con perímetros muy irregulares. En esos casos dejaremos que los lavabos, trasteros o vestidores sean las estancias que absorban esas formas no ortogonales en beneficio de unos espacios de uso cotidiano más rectangulares y fáciles de distribuir. Una columna o una pilastra nos puede complicar mucho la vida, pero no debemos luchar contra ella. El diseño debe tenerla en cuenta y ver de qué modo es posible aprovechar su existencia para distribuir el espacio. No hablamos de decorarlas o camuflarlas, sino de apoyarnos en ellas para encontrar oportunidades.
09
Paredes muebles
Para casos muy extremos disponemos de tabiques móviles, que seguramente tienen su origen en las necesidades espaciales de las unidades habitables mínimas que proliferaron en Japón durante el siglo pasado. Estos elementos permiten contener en 20 o 25 m2 una sala de estar, un estudio y un dormitorio con su armario correspondiente cuando estas piezas, en condiciones normales, ocuparían una superficie de 35 o 40 m2.
10
Multifuncionalidad
A las camas abatibles o que se esconden en el techo se añaden muchas otras soluciones, desde espejos con cajones ocultos, minicocinas que aparecen y desaparecen o bañeras que se convierten en tumbonas. El secreto siempre es el mismo: dotar a los elementos de mobiliario, o directamente al espacio, de uno o más usos alternativos. Cuando podemos utilizar una sala como dormitorio o como comedor estamos duplicándola de algún modo; lo mismo ocurre con los objetos.