Las viviendas del siglo XXI están caracterizadas por tener espacios muy reducidos y sacar el máximo partido a la funcionalidad. Los estudios y los apartamentos de pocos metros son las casas más asiduas para jóvenes que escogen las grandes ciudades a la hora de desarrollar sus vidas. Con el objetivo de aprovechar todo el espacio disponible, se opta por poner mobiliario estrecho y discreto para que todo quepa a la perfección. Un caso de ello, es un derivado de las sillas que está destinado al descanso de forma más improvisada: el puf

IKEA nos trae un modelo que mezcla el estilo nórdico con corrientes muy variadas. La factibilidad de la geometría escandinava y el uso de la madera como el material más resistente, se encuentra muy presente en este puf que esconde un gran secreto: la capacidad de almacenaje. Además, la forma de su cojín representa un nuevo concepto de la esencia otomana típica de estas piezas, y que sigue siendo todo un clásico. 

El puf otomana y cómo ha revolucionado los salones más modernos 

Hace unos 300 años, el concepto de sentarse a la mesa con sillas altas y tradicionales cambió en los países europeos. Desde el antiguo Imperio Otomano, la actual Turquía, se importó una nueva forma de estar en familia y reunidos con amigos en los espacios interiores. Se trata del puf, un cojín con un sistema acolchado grueso, sin patas y con la versatilidad de moverlo a cualquier estancia. Su forma suele ser redonda y cubierta por un tejido trenzado y bouclé. 

Puf otomana IKEA

Una otomana puede tener distinto diseños y tapizados, dependiendo el estilo de la casa.

IKEA

Con el paso de los años, este mueble tan multifuncional se ha ido adaptando a las nuevas tendencias y su representación se ha cambiado por completo. En los espacios más juveniles, su relleno irregular y ligero ha sido toda una revolución, sobre todo, en esos rincones que suelen estar desaprovechados. Sin embargo, actualmente se vuelve a llevar lo vintage y la esencia más clásica, por lo que la silueta original del puf otomana, se puede encontrar en las mejores firmas. 

El puf de IKEA que mezcla la esencia nórdica y la otomana 

Puf Forlunda de IKEA

IKEA ofrece modelos de diferentes tonalidades. 

IKEA

La marca sueca más famosa en decoración ha decidido adaptar el típico puf otomana al nuevo concepto de casa diáfana y bien aprovechada. A diferencia del modelo tradicional, el FÖRLUNDA incorpora las patas para que su nivel sea más elevado. De un material natural, como la haya, este sistema de sujeción destaca por seguir la forma ovalada de su estructura principal. 

Al más puro estilo de la Escuela Bauhaus y la de Chicago, este modelo une la funcionalidad con elementos estéticos muy actuales y diversos. El cojín tiene una cubierta que permite quitarla y almacenar dentro de la pieza los objetos de tamaño pequeño. El acabado es rugoso, permite que la comodidad se ponga a la altura del diseño. En muchas ocasiones, también se ha usado como reposapiés. 

Puf FÖRLUNDA

Su función para guardar es una buena opción para pisos pequeños. 

IKEA

El toque nórdico lo aportan la linealidad y las formas estáticas. Las patas son las que dan ese toque de firmeza tan característico de la decoración de Escandinavia, aparte de las opciones de tonalidades neutras, como el beige y el blanco crudo. La geometría circular de su cojín, da el aire otomana por el que se rige su base. 

Puf de IKEA

Todos los espacios son aptos para disponer de un puf. 

IKEA

El puf es un elemento muy práctico. El elemento de IKEA juega con la ventaja de que sus modelos más sobrios tienen visibles el material de haya. Gracias a esto, se puede mezclar con detalles rústicos y naturales. Por otro lado, el modelo rojo tiene matices eclécticos muy actuales que sirven para dar vitalidad a cualquier estancia. Normalmente, estas piezas han estado vigentes en los salones. No obstante, los recibidoresy dormitorios tiene potencial para incluir detalles pequeños. Si cuentas con un porche o una terraza cubierta, pueden ser perfectos para la zona chill out. 

El puf FÖRLUNDA es el ejemplo de que la esencia clásica y las formas sencillas se pueden amoldar a los nuevos tiempos. Los modelos de muebles otomanas no tenían patas, pero las necesidades más contemporáneas, han hecho que este se adapte a la actualidad y su permanencia en la decoración perdure.