Para presentar de forma apropiada al artista italiano Maurizio Cattelan (Padua, 1960) tendríamos que hacer un poco de historia y remontarnos al Nueva York de 1917. Fue entonces cuando otro artista, el francés Marcel Duchamp, presentó un urinario de cerámica blanca para ser expuesto en la muestra anual de la Sociedad de Artistas Independientes. Ante el revuelo que despertó la pieza, Duchamp sentenció que la capacidad de elevar un objeto cotidiano a la categoría de obra de arte reside en una elección del propio artista. El urinario en cuestión, titulado Fountain y firmado con las siglas R. Mutt, pasaría a la historia como la obra de arte más influyente del siglo XX. Ciento siete años más tarde, en el 2024 que estamos a punto de despedir, una obra de Maurizio Cattelan llevaba la idea primigenia de Duchamp, con la que se inició el arte conceptual, a la sala de subastas más importante de Nueva York.
Escándalo en la sala de subastas
Comedian, la obra de Cattelan subastada en Sotheby's, se convertía en una imagen viral no únicamente por su naturaleza de objeto cotidiano convertido en obra de arte –en este caso, un plátano pegado a la pared con cinta adhesiva– sino por los 6,5 millones de dólares desembolsados por su comprador: un coleccionista y empresario chino especializado en criptomonedas que recibía, tras la adquisición, un kit formado por un plátano, el correspondiente rollo de cinta adhesiva, un certificado de autenticidad y las instrucciones para su instalación. La aparición de esa banana en el mercado artístico echaba gasolina al encendido debate sobre los límites del arte que Duchamp ya había inflamado en 1917. Tras el escándalo, Maurizio Cattelan consolidaba su perfil de artista con una especial habilidad para sacudir las mentes bien pensantes, sin dejar de ser noticia con sus colaboraciones y alianzas. La última, con la firma Etnia Barcelona.
Y es que, a parte de ser un provocador nato, Maurizio Cattelan es reconocido por dirigir la revista y estudio creativo Toiletpaper: un entorno para la expresión menos escandaloso que sus esculturas, pero igual de rico en imágenes exuberantes. Fundada en 2010 por el propio Cattelan y el fotógrafo Pierpaolo Ferrari, Toiletpaper es una publicación bianual con un formato que le confiere una presencia más propia de un libro que de una revista al uso. Haciendo gala de un estilo visual tan irreverente como inconfundible, la marca Toiletpaper ha dado pie a un corpus de proyectos que incluye campañas publicitarias para marcas de moda y cosmética, libros, portadas de discos, eventos, exposiciones, calendarios, pósters, papeles de pared, muebles, ropa y productos de belleza. Un emporio de desbordante creatividad que ha encontrado en la firma Etnia Barcelona el mejor aliado para hacer realidad las gafas de sol más surrealistas del momento.
Floreciendo en un mundo surrealista
Presentada el pasado noviembre en la tienda insignia de Etnia Barcelona, situada en el barrio del Born, la nueva colección cápsula Toiletpaper x Etnia Barcelona reúne todo lo que se podría esperar de una obra de Cattelan. Una colección de gafas de tintes surrealistas, colorida y lúdica, que se inspira en el universo pop de Toiletpaper, rebosante de colores saturados e imágenes vibrantes. Con tres modelos de sol, Dolly, Roses 1 y Roses 2, la colaboración entre la revista y la marca barcelonesa traslada el imaginario exultante de los creadores de Toiletpaper a un gesto tan aparentemente simple y anodino como el de protegerse de los rayos solares. El modelo Dolly es la verdadera joya de la colección, con una rosa en el lateral de la gafa y un ojo de muñeca que parpadea. Una gafa de sol que bien podría ser presentada como una obra de arte.