Las obras de arte hablan sin palabras y, en ese discurso, descubrimos que pueden cambiar por completo el ánimo de una habitación, y por ende, el tuyo. El arte es esa chispa capaz de convertir un rincón anodino en un espacio con alma. Esto lo tiene clarísimo Lola Castillejos, artista plástica y fundadora de su propio estudio en Madrid. Hablamos con ella para entender cómo elegir esa pieza que no solo cuelgue de tu pared, sino que también te hable directamente a ti.
Desde el confinamiento, el arte ha pasado de ser un lujo decorativo a un elemento fundamental en los hogares. "La obra de arte correcta puede cambiar por completo la energía de un espacio, y es algo que la gente busca más que nunca en este momento", afirma Castillejos, quien trabaja con materiales tan inesperados como cuerdas de cáñamo, sal o polvo de mármol. Y es que, ahora que hemos aprendido a pasar más tiempo en casa y valorarlo, nuestras paredes piden a gritos algo más que un cuadro bonito: quieren arte con personalidad.
Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en Arquitectura y Diseño suscríbete a nuestra newsletter.
El flechazo nunca engaña
Si alguna vez has sentido una conexión inmediata con una obra de arte, sabrás de lo que habla Castillejos. "Sentir una conexión inmediata con una obra es una señal clara de que esa pieza es para ti", explica. Pero, ¿cómo asegurarte de que esa elección apasionada también funcione en tu espacio?
Lola comparte algunos consejos prácticos para encontrar el equilibrio perfecto entre la razón y el corazón. Desde dimensiones hasta la paleta de colores, pasando por el uso de herramientas digitales, estas son las claves que nos da para elegir el cuadro ideal.
1. Encuentra el equilibrio visual
Antes de lanzarte a comprar, mide y planifica. La proporción es clave. "Si quieres colgar un cuadro sobre un sofá o un mueble, lo ideal es que la obra mida entre dos tercios y tres cuartos del ancho del mueble. Además, colócalo entre 15 y 25 cm por encima para mantener la armonía", recomienda la artista. Este sencillo truco asegura que el cuadro sea el punto focal sin robar protagonismo a los demás elementos del espacio.
2. La paleta de colores importa, pero no te limites
El color es mucho más que una cuestión estética. Una obra debe dialogar con los tonos existentes en la habitación, pero también destacar. "Escoge una obra que complemente la decoración, pero que también tenga contraste para aportar personalidad", sugiere Lola. Piensa en el arte como en una conversación: demasiado parecida a su entorno y se pierde; demasiado diferente, y no encaja.
3. Visualiza antes de decidir
Hoy en día, las herramientas digitales hacen maravillas. "Un fotomontaje puede ayudarte a visualizar cómo quedará el cuadro en tu espacio antes de comprarlo", aconseja. Esto no solo evita sorpresas desagradables, sino que también te permite jugar con diferentes estilos y dimensiones hasta encontrar la combinación perfecta.
El arte como energía
El papel del arte en un hogar va mucho más allá de llenar un espacio en blanco. "El arte es una fuente de energía y una extensión de nuestra personalidad", dice Castillejos. Su recomendación final es clara: confía en tu instinto. "Si una pieza te hace sentir algo fuerte en el primer vistazo, esa es la señal de que has encontrado lo que necesitas". Al final, se trata de conectar: con el cuadro, con tu casa y contigo mismo.