¿Qué sería del dormitorio sin una mesita de noche? Aunque la cama sea el elemento principal del cuarto de descanso, la mesita es el corazón de la estancia. En ellas se guardan las pertenencias más personales, aquellas de las que no nos podemos separar ni para dormir. Sin embargo, la presencia de sus diseños se han ido mermando con el tiempo debido al auge de los pisos pequeños y los canapés bajos.
Este mueble ha sido uno de los protagonistas del dormitorio desde las épocas de antaño, pero esta vez, lo es con un color neutro y combinable. Las mesitas de noche blancas recuperan el sitio que le robaron las sillas improvisadas y las baldas multifunción. No obstante, no están marcadas por las formas clásicas. Las figuras curvilíneas y con diseños eclécticos se han apoderado de este elemento con el objetivo de contrastar con una estética más sobrecargada.
La mesita de noche, un origen lleno de funcionalidad
No se sabe con exactitud cuál es el origen de la mesita de noche. Algunas voces dicen que su creación se remonta a los siglos XVIII y XIX, cuando las personas debían tener a mano los objetos más importantes. Las mesas y los muebles de dormitorios eran muy altos, y ninguno de ellos se situaban al nivel de la cama. A partir de aquí, se reconvirtió el concepto de 'mesa' y se le dio un enfoque más útil con la finalidad de ubicarlas dentro del cuarto principal.
Desde entonces, este mueble ha ganado un gran protagonismo a lo largo de la historia. Los dormitorios empezaron por tener una a cada lado del colchón, aparte, que pasaron de tener un estilo rústico y puramente funcional a uno atrevido y con la finalidad de decorar. El blanco se ha situado con fuerza en las mesitas de noche, con la pureza y la serenidad como ejes principales de este elemento imprescindible.
4 diseños de mesitas de noche blancas que son pura inspiración
Adiós a las cajoneras
La estructura le ha ganado terreno a la utilidad. La figura de la mesita de noche dentro del ambiente del dormitorio ha obtenido tal relevancia, que actualmente se cuida mucho más su estilo. En esta línea, los modelos blancos con formas curvadas y lineales llaman la atención. El toque más funcional se sitúa en la superficie horizontal para acompañar con una lámpara pequeña y, así, aportar una nota de luz. Los cajones para guardar desaparecen para que la forma tenga el papel que se merece.
Aire retro
Las formas de décadas pasadas vuelven a estar de moda. La puerta corredera plegable es uno de los elementos que se puede incluir en la casa, y no de la manera más tradicional. Se puede incorporar en muebles pequeños, como es una mesita de noche. No se recurre al diseño típico de cajones, pero tampoco se renuncia a la practicidad. Además, sus pliegues dan relieve a la armonía del dormitorio.
Material firme
Uno de los detalles que más se mira en las mesitas de noche es que su composición sea de un material resistente. Los griegos llevaban la razón con que el mármol es una de las opciones favoritas para cualquier construcción. Esta vez pasa de la cocina al resto de estancias para aportar una nota natural imprescindible. Su diseño perfecto consiste en un pie con baldas entrelazadas y una repisa en la que situar diferentes objetos. Es un componente muy versátil y se puede enfocar desde una perspectiva más brillante y formal, hasta una más casual y rugosa.
Estructuras geométricas a tutiplén
La rectitud y lo clásico siempre están vigentes en estos muebles, pero nunca está de más jugar con la geometría. En las mesitas de noche, el blanco irá complementando con formas cilíndricas y circulares. Además, la altura de las mismas será un poco más baja de lo común con la finalidad de que se ajusten a los estilos de camas actuales.
El toque más inspirador para que un dormitorio sea de diseño, pasa por tener en cuenta a la mesita de noche. Si se escoge un color suave, como es el blanco, se pueden realzar las formas más atípicas. De esta manera, la estancia dedicada al descanso lucirá mucho más actual y se verá más dinámica.