El año 2025, además de tener una rima fácil, huele a futuro. A ese futuro con el que soñábamos en los 90 en el que los coches volaban y la abolición del trabajo era una realidad. Pero no. La realidad es otra. Ahora, las casas inteligentes son capaces de preparar un café caliente antes de que hayamos abierto los ojos. No era lo que esperábamos pero podría ser peor.

Con esto en mente, es justo esperar que el diseño de interiores esté a la altura de nuestras expectativas. Sin embargo, hay ciertas tendencias decorativas que, como la moda de los pantalones acampanados en los 70 o los muros de gotelé en los 80, deberían quedarse en el pasado. No queremos ser aguafiestas, pero ya es hora de que ciertas corrientes estéticas den un paso atrás y permitan que el buen gusto respire.

 

Imagina entrar a una casa y sentir que has sido teletransportado a una tienda de muebles de hace una década. Todo es blanco roto o blanco hueso o blanco perla, como si el color hubiera sido succionado por un agujero negro de aburrimiento. Esta obsesión por los interiores monocromáticos, donde el gris reina como un dictador insensible, es una de esas modas que esperamos desaparezca con la llegada de 2025. Los tonos neutros pueden ser sofisticados, pero cuando abusamos de ellos, transforman un hogar en un ambiente clínico, sin vida, donde la personalidad parece haber sido desterrada.

 

salón blanco Koah

El blanco se relaciona con el minimalismo, pero no tiene por qué ser la única opción

Koah

 

1. La dictadura de los colores neutros y el blanco

Como acabamos de mencionar, el blanco y los colores neutros han tenido su momento, y lo respetamos. El problema surge cuando se convierte en la única opción, eliminando cualquier posibilidad de sorpresa o individualidad. Los interiores completamente neutros nos aburren, transmiten una sensación de monotonía, y aunque es un color que puede aportar calma, también puede llegar a ser increíblemente anodino si no se combina con otros tonos que lo hagan resaltar.

En 2025, nos gustaría ver más audacia, más mezcla de colores que aporten calidez y profundidad. Los hogares deben ser espacios que reflejen la vida y la energía de quienes los habitan, no lugares donde el alma parece haber sido cubierta con una capa de cemento.

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comedor rústico provenzal casa de campo con vigas de madera, mesa redonda de mantel blanco y azul, sillas envejecidas y mueble de vajilla

Comedor rústico provenzal.

J. Canosa, P-Peris, P. Zuloaga y A. Fernández

2. La sobrecarga de muebles de imitación vintage

Ah, el encanto del vintage... o mejor dicho, el desencanto del falso vintage. Los muebles que intentan parecer rescatados de una casa de campo en Provenza, pero que en realidad provienen de una fábrica en serie, deberían quedar en el olvido. El problema no es el estilo en sí, sino la falta de autenticidad y el uso excesivo de piezas que carecen de historia y carácter. En lugar de llenar los espacios con copias baratas, 2025 debería ser el año en que abracemos lo genuino, lo único, lo que realmente cuenta una historia. No más sillas que parecen haber sido hechas a mano cuando fueron ensambladas en cinco minutos.

Diferentes espacios de la tienda con neones en rosa y bici en rojo

Neones en tiendas, sí. En casas, no. 

Klarna

3. La fiebre por los neones

Sí, todos amamos una buena luz de neón en su contexto adecuado, como en un bar o en un evento artístico. Pero cuando estas luces comienzan a invadir los dormitorios, las salas de estar y hasta los baños, es cuando necesitamos parar y reflexionar. Las luces de neón pueden ser divertidas, pero también pueden ser visualmente agotadoras y difíciles de integrar en un ambiente doméstico que debería invitar al descanso. Esperamos que 2025 sea el año en que el neón vuelva a su lugar natural: lejos de nuestros hogares.

minimalismo nordico 02

Minimalismo nórdico. ¿Hasta dónde?

Nordicthink

4. El minimalismo extremo que asusta

El minimalismo ha sido una tendencia imparable en los últimos años, y no es difícil entender por qué. Menos es más, nos han dicho, y en muchos casos, tienen razón. Pero cuando el minimalismo se lleva al extremo, al punto de hacer que una casa parezca más una galería de arte fría que un espacio acogedor, es cuando debemos repensar las cosas.

El minimalismo no debe ser sinónimo de vacío emocional. En 2025, buscamos un enfoque más equilibrado, donde el minimalismo permita la expresión personal y la calidez, en lugar de eliminar cualquier rastro de vida.

Pared de acento terracota para el dormitorio

Pared de acento terracota

Westwing

5. La obsesión por las paredes de acento

Las paredes de acento tuvieron su momento estelar, añadiendo un toque de color o textura en espacios que necesitaban un poco de vida. Sin embargo, como con cualquier buena idea, la sobreexplotación ha llevado a su desgaste. No todas las habitaciones necesitan una pared de acento, especialmente cuando se usan colores o materiales que chocan con el resto del espacio. En 2025, sería ideal ver una vuelta a la armonía y la cohesión en la paleta de colores, dejando las paredes de acento para aquellos casos realmente justificados.

 

Convierte tu casa en un vergel

Convierte tu casa en un vergel

IKEA

 

6. Las plantas artificiales

No son una tendencia pero tenemos que mencionarlas para parar esta fiebre. Las plantas son maravillosas, traen vida, oxígeno y un toque de naturaleza a cualquier interior. Pero cuando son de plástico... NO. Las plantas artificiales pueden ser prácticas, pero también tienden a acumular polvo y perder su frescura con el tiempo. Peor aún, carecen de la vitalidad que aportan las plantas reales. En 2025, soñamos con hogares donde las plantas vivas dominen, aunque sea solo una pequeña maceta en la esquina, en lugar de una selva de plástico que apenas se mueve.