Las generaciones pasadas no se complicaban mucho la cabeza y tendían a comprar el mismo día todo el mobiliario con el que vestir sus casas. Además de ser igual, los muebles se mantenían ad eternum tanto en los salones, las estancias sociales pensadas para recibir, como en los dormitorios principales. Se trataba de una decisión importante, ya que se tendía a escoger piezas de calidad y de elevado precio que ofrecían calidad y resistencia al paso del tiempo y solo se tomaba una vez en la vida.
Hoy los tiempos han cambiado y apostamos por adaptar las casas a nuestras necesidades. La decoración con mobiliario "todo a juego" ha quedado en el pasado ya que las nuevas tendencias apuestan por la creación de espacios más modernos y versátiles, que dejan de lado la homogeneidad y la "perfección" en los espacios propias de épocas pasadas.
La decoración de interiores es un arte en constante evolución y actualmente se abrazan los espacios con personalidad. Conseguir una estancia armoniosa y atractiva implica la habilidad de combinar con éxito patrones variados y texturas. ¿La clave para conseguirlo? Experimentar atrevidamente, pero manteniendo la coherencia visual. Hay que atreverse a mezclar patrones, colores y texturas. Esto aplica a todo, desde las fotografías enmarcadas, los estampados de los cojines y hasta la forma de las sillas del comedor, porque la tendencia de combinar todo y homogeneizar los espacios ha quedado en el pasado y buscamos abrazar los espacios con personalidad.
Con esta guía te atreverás a combinar patrones y texturas hasta transformar una simple habitación en un espacio único lleno de personalidad e impacto visual.
Predominio de un estilo decorativo
Es muy importante que la casa esté equilibrada para que no sea una lucha entre líneas decorativas y diseños. Hay una regla en decoración conocida como 80/20. Esto significa que el 80% de la decoración tiene un estilo principal que domina el espacio y el 20% restante, será de otro estilo, con un carácter singular, con accesorios llamativos o piezas que atraigan la atención. Por ejemplo, si la definición de tu estilo en la decoración del hogar es cómoda, moderna, tradicional, los elementos más grandes de tu casa serán elementos modernos.
Sigue una línea narrativa
La decoración es una forma de contar historias, así que necesita un hilo común que le aporte sentido a la escena. Puede ser a través del uso del color o utilizando estampados o con revestimientos. Aunque, también se pueden fusionar estilos, la buena fusión suele traer nuevas corrientes y, muchas de ellas, se convierten en tendencia. Así nació, por ejemplo el japandi, una mezcla del diseño japonés con el escandinavo.
Apuesta por el diseño
En la actualidad hemos dicho adiós a los muebles combinados para dar la bienvenida a las atmósferas híbridas. Pero éstas necesitan un foco de atención que defina el carácter. Busca una butaca llamativa, una lámpara vintage o una mesa de autor que capte la atención. En este proceso hay que aprender a equilibrar los volúmenes y los colores para que no resulte un ambiente recargado.
Contrasta y combina patrones y texturas
La forma en que manejamos las texturas y los patrones puede modificar el diseño de un espacio. La clave del éxito para crear un ambiente acogedor y dinámico reside en jugar con los contrastes y saber combinar patrones grandes y llamativos con otros más pequeños y sutiles.
Los patrones grandes y llamativos actúan como el punto focal de una habitación. Emplearlos con moderación puede ayudar a destacar elementos específicos sin abrumar la vista. Por otro lado, los patrones más pequeños y sutiles se suelen utilizar para equilibrar los más llamativos, al tiempo que aportan un toque de sofisticación y sutileza al ambiente.
En el arte de la mezcla, al seleccionar patrones y texturas para tu espacio, es recomendable aquellos que tengan colores contrastantes entre sí. Esto atraerá la vista y mantendrá el interés visual en la estancia. Si tus patrones son muy atrevidos, considera llevar al equilibrio con texturas neutras como la lana, el algodón o el lino, que añadirán suavidad y calidez a la estancia.