Una casa de campo moderna no tiene por qué ser un cubo de cristal de enormes ventanales y decoración rectilínea. Probablemente, las mejores casas de campo (y también las más modernas) son las que, partiendo del respeto por el original, saben darle una vuelta a los aspectos tradicionales de la decoración, como estampados, textiles y otros accesorios para, finalmente, incorporar elementos tecnológicos que mejoren la funcionalidad de los ambientes.
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