El cabecero es clave en la decoración del dormitorio por razones tanto prácticas como estéticas. Así, además de enmarcar la cama, mejora nuestro sueño, ya que aporta confort y sensación de seguridad (piensa en los niños), protege la pared del roce, evita cabezazos incómodos y dolorosos y hace que las almohadas no se cuelen y caigan al suelo. 

Pero además cumple una función estética. Así, acapara la atención y las miradas, aportando su granito de estilo a la habitación. La gran variedad de modelos hace que esta tarea no sea complicada. En distintos materiales, los de fibras naturales siguen sumando puntos; formas, los 'de pico'  que elevan la altura y aportan un toque especial son tendencia, y los tapizados, con sus colores y motivos, abren un universo lleno de posibilidades.

Aunque los neutros siempre son una apuesta segura, al igual que la madera, hoy vamos a buscar el lado más arriesgado de la cama con una serie de cabeceros que no temen al color y buscan provocar y definir, sin ayuda de ninguna otra pieza, la personalidad del dormitorio. 

Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en Arquitectura y Diseño suscríbete a nuestra newsletter.

 

8 diseños a todo color

1 /8
Bicolor y a rayas
Pol Giné

Bicolor y a rayas

La pared en un tono rosa cálido sirve de fondo a una cabecero tapizado tan extravagante como sofisticado. Un diseño a rayas azul y granate que no teme el exceso y que juega con el color de la lámpara de suspensión y con el de la colcha

Todo al rosa
Oliver Bonas

Todo al rosa

Aunque el efecto Barbie nos haya abandonado este 2024, lo cierto es que su estela es larga. Este cabecero en rosa chicle se convierte en el color del dormitorio, con permiso del verde y del morado, aportando su dulzura, su toque aniñado y su aire rebelde. 

Un aire rebelde que se siente también en el diseño moderno y tubular y en la ropa de cama flúor. Solo nos queda decir: la vida (y el sueño) siempre en rosa.

Azul y de formas geométricas
John Lewis

Azul y de formas geométricas

Este dormitorio hace del color su seña de identidad, mezclando con acierto el azul del cabecero con el verde de la pared y el rojo de la colcha. Un trío que luce aún más por el tejido aterciopelado y brillante de sus tejidos. 

Para redondear el conjunto, el cabecero toma formas geométricas, que consiguen que ocupe un lugar privilegiado desde la cama. 

En azul eléctrico e integrado en la cama
IKEA

Un todo en uno en azul eléctrico

Esta propuesta es una demostración de que el color tiene la puerta abierta en el dormitorio, siempre que no eches la llave. Esta cama tapizada en azul eléctrico con cabecero integrado aporta frescura y quita años a la habitación, de forma que luce joven, atrevida y divertida. 

En amarillo limón
Luis Beltrán

En amarillo limón

Cuando se trata de color, a veces es mejor el doble o nada. Es decir, ya que arriesgas, hazlo a lo grande, sin miedo a abandonar la segura posición de la madera o de los tonos clásicos. 

Al ver esta propuesta de Masquespacio solo se te ocurre decir: Lo quiero igual. Ante esta cama en forma de bola es imposible quedarse indiferente.  

Un mostaza fácil de integrar
Furniture Village

Un mostaza fácil de integrar

Si quieres dar una pincelada de color al dormitorio, pero tampoco quieres que sea el arcoíris o que se te vaya la mano con la emoción del momento, el mostaza viene al rescate. Fácil de integrar en cualquier estilo, es un tono elegante que acapara la atención, pero sin ser el rey de la fiesta. 

Además no tiene problemas de adaptación y forma un dúo bien avenido con blanco, azul o, incluso, verde. 

Naranja en modo tropical
Matalan

Naranja en modo tropical

Alto y en color naranja, este cabecero es difícil que pase desapercibido. Combinado con azul marino encuentra el equilibrio entre el puro vitaminado y la elegancia de un tono sin complejos. Compensa siempre con una caja blanca, que ayude a suavizar el refrescante efecto.

Un elegante marrón
George Home

Un elegante marrón

El marrón es un auténtico comodín. Se trata de un color fácil de combinar, que destila elegancia se combine con lo que se combine. Es un paso fácil entre el típico cabecero de madera y una opción más personal, que siempre funciona.

En dormitorios modernos, imprimirá sofisticación, en los clásicos, personalidad, mientras que en los minimalistas, calidez.