El tamaño medio de las viviendas en España no supera los 150 m². Esto significa que toca optimizar el espacio de las casas con buenas ideas. Para muchos, la falta de espacio es un problema. Sin embargo, otros han aprendido a darle la vuelta a la situación y buscar soluciones inteligentes y algo más prácticas para aprovechar hasta el último centímetro de la vivienda.
La falta de espacio ha hecho que algunos muebles no encajen del todo en determinadas habitaciones. Hablamos, por ejemplo, de los cabeceros. Son el comodín perfecto para que la cama luzca impecable a nivel decorativo. El único inconveniente es que los cabeceros son piezas de gran tamaño que con más frecuencia son menos viables en dormitorios pequeños. ¿La solución? Los cabeceros virtuales. Son el nuevo método para conseguir una "especie" de cabecero de forma rápida y sin ocupar ni un solo centímetro.
El cabecero virtual: la nueva alternativa para dormitorios mini
Si no puedes permitirte un cabecero en el dormitorio, hay solución. Hablamos de los cabeceros virtuales. No tiene nada que ver con la tecnología. Es un sencillo recurso para que no tengas que prescindir del famoso cabecero en el dormitorio.

Te enseñamos en qué consiste el cabecero virtual y cómo adaptarlo al dormitorio.
Eugeni Pons/RBA
Los cabeceros virtuales son una forma de denominar a esos pequeños detalles que permiten crear cabeceros a través de la ilusión óptica. Es decir, se trata de limitar en la pared donde está situada la cama una serie de elementos que simulen al clásico cabecero. ¿Cómo se hace? Pues de forma muy sencilla, y con elementos tan simples como añadir papel pintado en la pared, forrar la pared con papeles que imiten la madera o usar una pintura a contraste.
Ventajas de incorporar un cabecero virtual
- Optimización del espacio. Al no contar con un cabecero físico, se aprovecha cada centímetro del dormitorio. Esto es muy beneficioso para espacios pequeños o con una distribución limitada.
- Versatilidad del diseño. Tanto si elegimos un papel pintado como una pintura, es más probable jugar con diferentes diseños, colores y texturas.
- Facilidad de actualizar el cabecero. Si deseamos renovar el estilo del dormitorio, cambiar la decoración de la pared es mucho más sencillo y menos costosa que reemplazar un cabecero tradicional. Con el papel pintado, por ejemplo, solo bastará retirarlo y aplicar uno nuevo.
¿Qué tipo de cabeceros virtuales elegir?
Existen tres formas de crear un cabecero virtual: con papel pintado, forrar la pared de madera o simplemente aplicando una pintura a contraste. A través del papel pintado puedes experimentar con diversas texturas y diseños. Desde diseños geométricos con figuras y líneas que aporten un toque contemporáneo, pasando por estampados florales llenos de frescura hasta los clásicos papeles metalizados que aportan un toque de glamour.
Otra opción es recurrir a papeles que simulen materiales como la madera. Esta técnica decorativa permite aprovechar la textura y el color natural de la madera, creando un punto focal que aporta personalidad y estilo a la habitación. La ventaja de esta opción es que ayuda a generar más calidez. Al forrar la pared, tenemos la libertad de elegir entre una amplia gama de maderas y acabados. Podemos optar por maderas recuperadas para un estilo vintage, o maderas con acabados modernos y pulidos para un estilo contemporáneo.
La elección de la pintura también es una buena alternativa. Un diseño simple es incorporar una pintura a contraste justo detrás de la cama simulando un cabecero. Te recomendamos apostar por una pintura que vaya acorde a los tonos del resto de los elementos del dormitorio. Recuerda también que no es bueno incorporar pinturas muy llamativas o que rompan con la armonía que necesita este espacio. Los tonos pastel son la mejor opción: desde amarillos, azules o verdes suaves.
Por supuesto, gracias a estas ideas, no se ocupa nada de espacio en la pared. Esto hace que podamos disfrutar de un entorno con más metros, minimalista y despejo. ¿Te animarías a lucir los cabeceros virtuales en el dormitorio? ¿Con qué opción te quedarías?