Cuando los colores son acertados, los interiores se transforman. Mucho se habla de los tonos que van a direccionar las tendencias, sobre todo cuando nos encontramos a punto de  empezar un nuevo año, pero poco se escucha de esas notas y paletas cromáticas que se salen del radar de los interioristas.

El próximo año, veremos una explosión de colores que se adaptan a las distintas necesidades de cada espacio de la casa, como verde musgo y terracota suave. "En general, para el próximo año desaparecerán los colores fríos y los sustituiremos por tonos cálidos y aquellos conectados a la naturaleza", asegura la interiorista María Acha. Hemos hablado con ella y con Pía Capdevila, también experta en vestir espacios, y nos han adelantado los tonos de los que podemos prescindir en 2025.

 

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Pared de acento terracota para el dormitorio
Westwing

Adiós a los grises fríos

Decorar con gris ha sido una opción muy popular en los últimos años. Se trata de un tono que combina con todos los colores y se puede utilizar para agregar profundidad, dimensión y sofisticación a cualquier habitación. Pero según la interiorista Pía Capdevila, "estos tonos están perdiendo fuerza porque son un poco impersonales". En su lugar la interiorista asegura que veremos colores cálidos y tonos terracotas "que transmiten más calidez". El terracota es un color acogedor que funciona perfectamente en los dormitorios, como se puede ver en esta habitación con la pared principal pintada en este tono que crea una atmósfera que prepara al descanso.

salón minimalista con vistas al mar sofá banco de madera y color blanco roto
Eugeni Pons

Blancos demasiado puros

El blanco no falla cuando se busca luminosidad, atemporalidad y versatilidad, pero las tonalidades demasiado frías van perdiendo fuerza a favor de otras más cálidas. Así lo asegura Pía Capdevila: "El blanco brillante, casi clínico, está siendo reemplazado por tonos más suaves y acogedores, como los blancos rotos o cremas, que aportan calidez sin perder luz", dice la interiorista.

En azul eléctrico e integrado en la cama
IKEA

En azul eléctrico e integrado en la cama

"Aunque aportan elegancia, los azules profundos ya no serán tan prominentes", sentencia Capdevilla, que adelanta que para la nueva temporada "vienen azules más brillantes como el cobalto o el Klein". Así lo ejemplifica este dormitorio con cama tapizada en azul eléctrico con cabecero integrado que aporta frescura y quita años a la habitación, haciendo que luzca joven, atrevida y divertida. 

Una opinión que comparte la interiorista María Acha, quien, además de los tonos enérgicos, asegura que se verán declinaciones más suaves, "como el azul cielo o el color lavanda".

Salón con sofás verdes y estantería azul
Pol Giné

Verdes esmeralda

Las dos interioristas coinciden: el verde esmeralda, un tono de verde brillante e intenso que tanto hemos visto durante los últimos años está perdiendo protagonismo frente a verdes más apagados o tonos oliva, "que conectan directamente con la naturaleza", dice Acha.

Rinco´n de lectura con paredes en color salmo´n y cojines y taburete en color burdeos
Jotun

Amarillo mostaza

En textiles, paredes y suelos e incluso en piezas de mobiliario, el color mostaza ha sido uno de los reyes de la decoración en los últimos años y, según Pía Capdevila, su omnipresencia en el interiorismo va a desaparecer, al igual que "el amarillo y los vainillas, que también pierden fuerza". Según María Acha, se abrirán paso colores más cálidos y empolvados “que recuerden colores de materiales naturales como el rosa palo o el naranja albaricoque, que evolucionan también hacia colores maquillaje, terracota y burdeos”.