En Praga, en un edificio de apartamentos de la década de los años 70 ideado por el arquitecto Karl Filsak que a primera vista llama la atención por su arquitectura brutalista y su serie de ventanas de guillotina, se encuentra esta vivienda de 73 metros cuadrados que ha sido reformada por el estudio checo Plus One Architects. Después de su intervención, para la que el cliente desembolsó 60.000 euros, la vivienda presenta una imagen más moderna que muestra reminiscencias de su origen, como las columnas de hormigón que forman parte de la estructura del edificio y que se han dejado a la vista. También se han movido los tabiques para dejar una gran sala común, con la zona de estar y la cocina separada por un muro y un baño de dimensiones más generosas que las originales que se ampliaron a expensas de la sala técnica.