"Cuando abrimos la puerta y vimos este espacio por primera vez, supimos que habíamos encontrado lo que buscábamos. Nos envolvió su amplitud, nos conquistó su volumen; la perspectiva infinita y la vista desde la ventana, que juntos crean una sensación de inmensidad", cuentan los diseñadores de interiores Tatiana Alenina y Vladimir Krasilnikov sobre su nuevo hogar en Moscú. Con 111 m², este piso ubicado en un edificio de nueva construcción junto al río Moscova destaca por una arquitectura fluida y abierta. El concepto clave del proyecto fue el de crear un espacio que permitiese la circulación continua sin renunciar a la funcionalidad.