Solemos pensar que un pasillo largo y estrecho es un error en nuestra casa, porque podría suponer un espacio desaprovechado y que no da cabida a colocar muchos elementos decorativos. Sin embargo, existe una técnica que proporciona amplitud visual y que permite que estos espacios estén llenos de luz natural: abrir aperturas. 

Esta idea consiste en crear puertas, ventanas u otro tipo de huecos en nuestros pasillos para que el concepto open space y la sensación diáfana se apoderen del ambiente. Optar por abrir aperturas en estas zonas de paso es una técnica que ha compartido el equipo de Sezam Studio a través de su canal de Youtube, en el que declaran que: "permite crear efectos muy interesantes tanto para el día como para la noche". Además, comentan que una abertura estrecha hace que la iluminación natural pueda pasar entre estancias. 

La casa de Dinamarca, vista en Arquitectura y Diseño, con aberturas en los pasillos

Abrir aperturas en los pasillos es algo que ya hemos visto anteriormente en Arquitectura y Diseño. En nuestro número de marzo, una casa de madera situada a las orillas del mar Báltico, nos sorprendió por la luz que reciben sus pasillos largos. El proyecto está encabezado por Norm Architects.

Pasillo de madera

"Junto con la cubierta de sedum, la casa cambiará de color con el paso de las estaciones, siendo una con su entornoˮ, dicen desde Norm Architects.

Jonas Bjerre-Poulsen | Arquitectura: Norm Architects

En uno de los pasillos principales, nos encontramos con que todas las paredes se han revestido con paneles de madera. En los laterales, se ha aprovechado la verticalidad para situar armarios con almacenaje. En la extensión paralela, es donde los arquitectos han apostado por abrir la zona con unas lamas, que dejan entrar la luz natural. El ambiente es envolvente porque se ha utilizado el mismo material natural tanto para los muros, suelo y techo. 

Cocina de madera

Un corredor conduce al patio y al volumen anexo a la casa principal.

Jonas Bjerre-Poulsen | Arquitectura: Norm Architects

Esta técnica también la vemos en los pasillos interiores. En este caso, vemos cómo se ha optado por abrir con una puerta justo al final del espacio, que hace de punto focal debido a su gran entrada de luz natural.

Una casa de madera que mira al futuro

Un oasis aislado donde recargar pilas lejos de la ciudad y cerca de la naturaleza. La casa Heatherhill, que significa brezal en inglés, es uno de los proyectos más recientes del estudio danés Norm Architects. Se encuentra en Vejby (Dinamarca), frente al estrecho de Kattegat, que une el mar Báltico con el mar del Norte, en una zona poblada de casas de verano, a 50 km de Copenhague. Dentro de una reserva natural protegida, a uno o dos minutos de la playa, se asienta este refugio de vacaciones pensado para “minimizar el impacto en el paisaje circundante” y adaptado al terreno para “maximizar las impresionantes vistas”.

El equipo de Norm Architects, centrado en “resensualizar el entorno construido mediante diseños táctiles que abracen mente y cuerpo”, ha desarrollado un concepto de hábitat que gira en torno a dos estructuras de forma longitudinal unidas en un punto y luego separadas para crear un patio central. La fachada es de cedro y tiene cubiertas a dos aguas revestidas de sedumplantas suculentas de la familia de las crasas–. El tono plateado que adquirirá la madera al envejecer casará con los colores del océano, de modo que “la casa cambiará de color con el paso de las estaciones, siendo una con su entorno”. Un cobertizo a la entrada de la parcela, alineado con la casa principal, conduce a la entrada a través de una pasarela flanqueada por columnas, como las de los paseos marítimos.

Casa de madera

La superficie total, de unos 250 m2, se compone del volumen principal, con dos habitaciones infantiles (una con litera), dormitorio, baño, salón, cocina, precocina y entrada. Mientras, el anexo acoge un dormitorio y un baño. Para la distribución, los espacios privados –dormitorios y baños– ocupan la parte trasera, y el salón y la cocina, el ala opuesta. En el interior, tablones de abeto Douglas, de Dinesen, cubren la mayoría de suelos, techos y paredes , aunque alguna de estas últimas son de yeso de dolomita de St. Leo, y el suelo de ladrillos de Harris del salón es un “homenaje a la elegancia atemporal del modernismo residencial danés de las décadas de 1950 y 1960, infundiendo al espacio una sensación de herencia”.

La intención es proporcionar sensaciones táctiles, “no solo funcionales, sino que mejoren la experiencia sensorial del espacio. La casa se siente más viva y conectada con el mundo natural”. Esa comunión dentro/fuera se ha logrado gracias a grandes ventanales, espacios abiertos y zonas al aire libre que “fomentan una conexión perfecta con la naturaleza, creando un entorno sereno y tranquilo ideal para relajarse y disfrutar de un ritmo de vida más pausado”. La sencillez, el diseño minimalista, con muebles que priman calidad sobre cantidad, y la inspiración en las tradiciones de diseño danesas y japonesas “no son meras selecciones; son declaraciones de longevidad”, concluyen.

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