Lavapiés se ha convertido en uno de los barrios más de moda de Madrid y acorde al interés que despierta, las antiguas viviendas de compartimentada distribución características de la zona están siendo rehabilitadas por profesionales del interiorismo que se encuentran ante auténticos retos para darles una nueva vida acorde a las necesidades del siglo XXI. Ejemplo de ello es este pequeño piso de 36 metros cuadrados ubicado en la cuarta planta de un edificio de esta zona de la capital en el que vive un cliente joven que se dedica al sector del cine. "Antes de la reforma tenía una distribución muy especial, compartimentada, con muchas irregularidades en las paredes y una forma poco convencional", explica Víctor Zorita, director del estudio de interiorismo y rehabilitación Backsteen, que se encontró con una vivienda con forma de tubo y tres ventanas y el reto de llenarla de luz.
"El propósito fue abrir la cocina y el salón en un único espacio común hacia el ventanal principal, el vestidor utilizando la ventana que da a un pequeño patio inferior y dejar la ventana de pequeñas dimensiones para la ventilación del dormitorio. De este modo se planteó la zona del noche en le rincón con menos luz, para favorecer al sueño y evitar el ruido procedente de la calle", cuenta. Tras la intervención se ha conseguido una casa que su artífice define como "funcional, pero sin perder un espíritu hogareño y acogedor".