Ya hace un mes y medio que nos dejó, y los lectores de Paul Auster todavía seguimos sin creernos que haya fallecido. El escritor murió, es verdad, pero el universo que creó es eterno, y las referencias hacia él, serán continuas. Como en este piso, un coqueto apartamento en Brooklyn, el escenario de muchas de sus novelas.
Sus personajes -o, al menos, algunos de ellos- se podrían haber paseado por este piso de 88 m2 con luz natural, con una mezcla de estilos tan sutil como acertada.
Sus propietaria son un ávida coleccionista de objetos especiales, por lo que, cada pieza, fue cuidadosamente elegida, y una montadora de cine de grandes películas.
Para aprovechar al máximo el tamaño del espacio, los arquitectos de Studio 8 Architect (fundado por Tana Nesbitt-Hayes) trabajaron en la distribución e incluyeron almacenamiento para una casa libre de desorden, al tiempo que introducían textura para dar interés visual. El resultado es un ambiente sereno pero personalizado, donde la funcionalidad y el estilo se dan la mano en cada habitación.
Park Slope
El apartamento está situado en un típico edificio de 1894 en Park Slope (Auster, de nuevo), un barrio tranquilo con las calles laterales llenas de casas de piedra rojiza.
El espacio tiene 5 grandes ventanas orientadas al sur, por lo que recibe mucha luz. Hay una bonita cafetería en la planta baja del edificio y todo el mundo se conoce.
La paleta de colores y materiales se mantuvo neutra para que no compitiera con las piezas que la pareja coleccionaba. "A Pam y JiYe les gusta coleccionar objetos significativos y arte, y no queríamos restarles protagonismo", cuenta Tana Nesbitt-Hayes. "También les gustan los espacios blancos y sencillos. Intenté convencerlas de que hicieran algo especial en la pared de detrás de la cama o en la cocina, pero no querían crear más desorden visual. El único lugar en el que estuvieron de acuerdo en hacer algo diferente fue en los azulejos de la cocina y los baños. Al final nos decidimos por un terrazo para mantenerlo atemporal. Pero elegimos un dibujo atrevido para añadir interés", comenta.
Textura y carácter
La textura era una parte importante del proyecto. Algo que se mantuvo de la renovación original de 2012 fue la chimenea de chapa de ladrillo blanco esmaltado. "Utilizamos el blanco para los armarios de la cocina, así como para la encimera y el salpicadero, ya que esa parte del apartamento es la que recibe menos luz", revela la arquitecta. Para los suelos de madera, el equipo de diseño optó por un tono natural, pero seleccionó una madera con cierta textura y carácter. "Hicimos lo mismo con los armarios altos del comedor, en los que utilizamos un acabado de roble. Son muy cálidos y aportan mucho a la habitación", dice.
Pam y JiYe contaban con un presupuesto muy ajustado, que no permitía a los responsables de la reforma ni renovar los baños, ni hacer gran cosa en la cocina ni arreglar el suelo o variar las alturas de los techos. Se hicieron cambios mínimos en la planta, se rediseñó la chimenea de leña (con una pantalla a medida) y se repintaron los suelos. El equipo de diseño dio a todo una mano de pintura y ayudó a la pareja a elegir nuevos muebles y lámparas, algunos de ellos de fabricantes locales que habían iniciado su carrera. ¿El resultado? Una casa que se cuela en el imaginario de Auster y que permite a sus lectores seguir soñando.
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