Como unos ojos que se abren al mundo y permiten observar sin ser observado, la fachada de este edificio del Ensanche de Barcelona es de los años 70, pero a la hora de acometer la reforma integral, GCA Architects la mantuvo aunque dotándola de una personalidad más contemporánea. Así lo explica el estudio: "La intervención tiene como objetivo adaptar un edificio de oficinas, con una estructura y fachada acorde a la época en que se construyó, los años sesenta, a un edificio de viviendas plurifamiliar con una distribución que permita dar respuesta, desde una visión más contemporánea, a las nuevas formas de vivir los espacios. El proyecto trata la envolvente del edificio creando un diálogo con la arquitectura clásica del ensanche, dando, a su vez, respuesta a través de una fachada que es un elogio a luz. El edificio genera una composición de llenos y vacíos y juega con los condicionantes ambientales como la protección solar y la ventilación cruzada".
De inicio, se plantea una nueva distribución y espacios que no existían. De esta forma, aparece un nuevo núcleo vertical y un nuevo patio, que divide cada planta en dos viviendas. Las zonas públicas, amplias y soleadas, se vuelcan hacia las fachadas, a Carrer de Ausiàs March o al patio interior de manzana, mientras que los espacios más privados se abren a ese nuevo patio central, generando una ventilación cruzada en todas las viviendas.
Todas las viviendas tienen en la cocina el eje central, que queda oculta gracias a la estrategia de diseño del mobiliario, transformándolo en un espacio versátil que puede funcionar como punto de reunión, de trabajo, o simplemente como vestíbulo distribuidor. Los espacios más públicos, como salón o comedor, ocupan toda la longitud de las fachadas, aprovechando la iluminación natural.
La piedra y la madera son los dos materiales utilizados tanto en revestimientos como en pavimentos y constituyen el hilo conductor de todo el proyecto. "La dualidad piedra-madera recorre todo el proyecto, tanto en las viviendas y las zonas comunes, como en la envolvente. La expresividad de la fachada es producto de la lógica material y compositiva empleada, donde la piedra caliza y la madera dialogan con los revestimientos y tonos de los edificios del entorno".