Junto a la costa cantábrica en Getxo (Vizcaya) se encuentra esta vivienda antigua de 180 metros cuadrados, que se ha modernizado gracias al trabajo del estudio de interiorismo de Raquel González. Los propietarios, una pareja sin hijos, buscaba actualizar la vivienda y abrir los espacios, pasando de una distribución tradicional compartimentada a un diseño más contemporáneo con una zona de día semiabierta, compuesta por el salón-despacho y la cocina-comedor, y una zona de noche con un único dormitorio en suite.
En el interiorismo prima la armonía que ha conseguido la interiorista, juntando piezas de diferentes estilos y que funcionan perfectamente juntas. "El uso del papel, elementos de estilo Mid Century como hilo conductor en muebles y accesorios y el color azul petróleo como color acento de toda la vivienda, han sido la clave para esta cohesión", dice González. Toda la carpintería de roble y los armarios se han diseñado a medida, con especial atención a los detalles y acabados de alta calidad.
Pese a tener una arquitectura clásica, los techos no son especialmente altos, lo que requirió soluciones creativas para las molduras. "Optamos por usar dos tipos de molduras en toda la vivienda: una con forma escalonada y una cornisa curva que aporta suavidad a la transición entre techo y pared", cuenta Raquel González.
La interiorista ha dividido la vivienda transversalmente en zona de día y zona de noche, además de un área destinada para gimnasio y lavandería. "Transformamos radicalmente la distribución de la vivienda, reubicando las zonas de día y de noche, y reconfigurando la antigua zona de servicio -con entrada a la vivienda, cocina y habitación con baño de servicio- como la actual zona de gimnasio y laundry", explica Raquel.