Cuando al estudio Correo Viejo le llegó el encargo de rehabilitar este edificio, decidió que su propósito era recuperarlo como fue en su origen para volver a dotarle de las maravillosas características que tenía cuando fue diseñado en 1920 por Javier Goerlich (1886-1972), arquitecto valenciano conocido por trabajar con buenos materiales y detalles de calidad. 

"El edificio no está protegido pero nosotras decidimos rehabilitarlo como si lo estuviese para potenciar el valor que tiene su historia",  cuentan Ana y Eva, de Correo Viejo sobre este proyecto finalista en los Premios de Cerámica ASCER. "Tratamos cada proyecto como una oportunidad de revitalizar el patrimonio protegiendo su memoria", añaden.

Comenzaron visitando el Archivo Histórico. Allí iniciaron una investigación en la que encontraron los planos originales del edificio. "Descubrimos que originariamente el edificio constaba de 7 viviendas, y no de 4, tal y como lo encontramos. Así que nos propusimos recuperar su composición original y, tras varias reuniones con el ayuntamiento, conseguimos que nos permitieran volver a tener el mismo número de viviendas con el que fue creado", ilustran. 

Durante la investigación también descubrieron que el promotor que realizó la construcción del edificio en su origen fue Don José Abad. Un artesano del bronce de la época con su propio taller en la planta baja y en la zona interior de la manzana en el mismo edificio. "Propusimos que quedara latente su historia y la de su familia a través de diferentes detalles con bronce. Las griferías y las manivelas de las puertas las diseñamos con acabado en bronce. De este modo hablamos sobre el edificio y sobre las personas que lo levantaron", concluyen.