El color en la arquitectura no es solo una herramienta más, sino una de las más poderosas. Además de servir para delimitar y diferenciar espacios, se utiliza como declaración de intenciones, como lenguaje que comunica y evoca emociones. Maestros como Luis Barragán y Alvar Aalto entendieron profundamente este concepto y hoy son muchos los que siguen su legado.
Barragán, conocido por su uso del color para crear espacios que son verdaderas obras de arte, creía en la arquitectura como una experiencia emocional, reflejada en su famosa cita: "Mi casa es mi refugio, una pieza emocional de arquitectura, no una pieza fría de conveniencia". Por otro lado, Aalto, aunque más sutil en su paleta, utilizó el color para realzar la funcionalidad y la estética, demostrando que el color puede ser tanto un protagonista como un complemento sutil en el diseño arquitectónico.
La selección del color en un edificio no es una decisión trivial; es un reflejo de la cultura, la geografía, la historia y la visión del arquitecto. Estos maestros de la arquitectura utilizaban el color para añadir belleza visual, pero también para crear una atmósfera, una sensación, transformando los espacios en experiencias vivas y respirables. A continuación, exploraremos diez edificios que son ejemplos vibrantes de cómo el color puede dar vida a la arquitectura.