La visión más personal de la obra del arquitecto mexicano Luis Barragán
Analogías y diferencias de dos obras maestras del arquitecto según la lente del fotógrafo Lorenzo Zandri.
Ores Lario
Periodista especializada en estilo de vida, decoración y diseño
Decía el arquitecto Luis Barragán que “la función de la arquitectura debe resolver el problema material sin olvidarse de las necesidades espirituales del hombre”. Una premisa que tuvo presente a la hora de construir su casa, una obra arquitectónica reconocida por la Unesco en su lista de Patrimonio Mundial que tantas portadas de revista ha copado y que a tantos artistas ha inspirado a lo largo de décadas. El premio Prizker dejó su colorido legado en obras como la Cuadra de San Cristóbal, un complejo ecuestre y residencial que construyó para la familia Egerström.
La casa Barragán, conservada tal como la habitó su autor hasta su muerte en 1988, es uno de los sitios más visitados en ciudad de México por los arquitectos y los conocedores de arte del todo el mundo.
Hasta México ha peregrinado el fotógrafo de arquitectura Lorenzo Zandri, para capturar con su cámara el trabajo de Barragán, famoso por sus volúmenes geométricos. Zandri ha creado una serie de instantáneas muy personales y sorprendentes que tienen a los edificios como protagonistas.
“Hace ocho meses tuve la oportunidad de visitar este hermoso país y su capital, Ciudad de México. Las casas y arquitecturas de Barragán estaban en mi lista de favoritos desde que era estudiante de arquitectura, así que decidí fotografiar algunas de ellas. Al visitar estos espacios percibí algunas analogías así como diferencias interesantes, que capturé en imágenes”, cuenta el artista.
Para este trabajo, Zandri intentó no dejarse influir por las numerosas referencias fotográficas que se han hecho de la obra de Barragán y buscó dar un punto de vista personal de los espacios. “Descubrí que el arquitecto mexicano trabajaba por capas a través de una secuencia de espacios según sus funciones, mostrando su capacidad para crear una mezcla equilibrada de estructuras cubiertas y descubiertas. Tanto en interiores como en el exterior, se valió de recursos como la luz, colores y muros para sugerir un espacio específico, sin revelarlo completamente”, cuenta.
El resultado de su trabajo transmite el alma que emana de las obras del arquitecto. “Sentí una sensación de belleza interior en la simplicidad de los espacios, caminos, materiales y detalles que usaba. Una sensación de calma, paz y libertad me abrazó, pero también percibí un sentimiento melancólico, realzado por el poderoso uso de la luz”, desvela el fotógrafo
“Realmente entendí por qué la arquitectura de Barragán ha sido definido como emocional”, reflexiona el artista.
"Una instantánea con la que estoy particularmente satisfecho es la del perro en la Cuadra San Cristóbal. Sentí que posaba para mí, de una manera escultural", comparte el fotógrafo Lorenzo Zandri.
A Zandri, que vive a caballo entre Londres y París, ciudades en las que el cielo está nublado, le gusta jugar con la luz y manejarla de manera adecuada para describir el espacio. Pero el sol brillante de México le fascinó: “Respecto a esta serie sobre Luis Barragán, no puedo imaginarlas sin la radiante luz y el sol del país. Desempeñaron un papel crucial en la percepción del paisaje urbano y natural. Trabajé para mejorar esta situación de luz tanto en los interiores como en los espacios exteriores”.
Con su particular sensibilidad Zandri buscó los puntos de vista privilegiados de los edificios de Barragán, para convertirlos en aberturas de luz y paredes de color y crear una serie de "descubrimientos propios".
Además del impecable uso del agua que hacía Barragán, a abstracción geométrica de los distintos planos y el color se posicionan como elementos recurrentes en la carrera del arquitecto.
Patio con vigas y una mesa de comedor de un edificio del arquitecto mexicano Luis Barragan
La mirada de Zandri proporciona otro punto de vista sobre la obra de Barragán, obtuvo el Premio Pritzker en 1980 y fue elogiado por el jurado por acercarse a la arquitectura como un "acto sublime de la imaginación poética".
Decía el arquitecto Luis Barragán que “la función de la arquitectura debe resolver el problema material sin olvidarse de las necesidades espirituales del hombre”. Una premisa que tuvo presente a la hora de construir su casa, una obra arquitectónica reconocida por la Unesco en su lista de Patrimonio Mundial que tantas portadas de revista ha copado y que a tantos artistas ha inspirado a lo largo de décadas.