La arquitectura high-tech exhibe orgullosa la piel del edificio, transformando el exterior en el auténtico protagonista de la construcción. Materiales ligeros, superficies brillantes…, parte de la arquitectura que se hace hoy bebe del estilo high-tech británico de finales de los años sesenta y setenta en el que destacan arquitectos famosos como Richard Rogers y Norman Foster. Varios de sus proyectos, antes y ahora, se caracterizan por enseñar orgullosamente tuberías, ascensores y conductos de aire; también por sus colores destacados, el uso del cristal y los interiores flexibles.
El mejor ejemplo es el Centro Pompidou de París, de Richard Rogers y Renzo Piano (fíjate en la foto de portada de este artículo). Nos vienen a la cabeza también el Eden Project o el maravilloso pabellón británico en la Expo de Sevilla del 92, ambos de Nicholas Grimshaw; el edificio Lloyd's, de Rogers; el estadio de cricket Lord's, de Future Systems (todos en Londres); el Reichstag de Berlín, de Foster; o la pirámide del Louvre, de Ieoh Ming Pei, en París. Ese estilo atemporal y tecnológico inspira este artículo en el que te enseñamos cinco proyectos (todos construidos después de 2000) de los que si algo cabe destacar sería una aproximación más orgánica y respetuosa con el medioambiente, como queda claro en la Academia de las Ciencias de California o el nuevo Centro Richard Gilder del Museo de Historia Natural de Nueva York.
1. Centro Richard Gilder, Museo de Historia Natural de Nueva York (2023). Proyecto: Studio Gang
Podríamos definir este impecable proyecto como un high-tech orgánico. Inundado por la luz natural que se filtra por unas enormes claraboyas, su interior de aspecto suave y táctil recuerda a un cañón tallado por la naturaleza a lo largo de miles de años. La escalera también merece un aparte. Se trata de un amplísimo espacio para reunirse, descansar y transitar por el edificio. Un museo funcional y fluido, centrado en el usuario, que reinventa el concepto histórico que tenemos de la arquitectura high-tech.
2. Academia de las Ciencias de California, San Francisco (2008). Proyecto: Renzo Piano
Incluimos en la lista este edificio de Renzo Piano, que ha sabido seguir evolucionado ese estilo que él inventó con propuestas tan atractivas como el Museo de Arte Kimbell en Fort Worth, Texas; o el Centro Botín en Santander, entre otros.
Nos gusta la Academia de Ciencias de California por su tejado verde –tan diferente de los típicos edificios de las tecnológicas americanas con sede en el 'Golden State'– cubierto de plantas autóctonas capaces de aguantar en un clima exigente. El techo recoge el agua de lluvia y contribuye a que en el interior la temperatura sea agradable. Todo el perímetro del tejado está revestido con paneles fotovoltaicos que generan la suficiente energía como para climatizar el edificio. Definitivamente, el nuevo high-tech es verde y sostenible.
3. Sony Center, Potsdamer Platz, Berlín. Proyecto: Murphy / Jahn
Hablábamos en la entradilla del artículo de cómo la piel es protagonista en la arquitectura high-tech. En el Sony Center, las fachadas y el tejado (en la foto) actúan como un tejido que modera la luz natural y artificial, convirtiéndose en una pantalla donde se produce un cambio constante de imágenes y efectos tanto durante el día como de noche. Aunque no lo meteríamos en una lista de iconos arquitectónicos de la ciudad, el Sony Center es mucho más que un simple edificio. Es, tal cual apuntan los propios arquitectos, "una parte de la ciudad: un foro urbano adaptado a la cambiante interacción cultural y social de nuestro tiempo".
4. 30 St. Mary Axe, Londres (2004). Proyecto: Norman Foster
Es curioso cómo cuesta descubrir este edificio de oficinas, seguramente el más singular del skyline londinense, desde algunos lugares de la orilla sur del Támesis. Popularmente conocido como The Gherkin –el pepinillo en español–, elegimos uno de los iconos de Foster en una reciente selección sobre arquitectura moderna. El arquitecto británico, Premio Pritzker en 1999, proyectó hace ya dos décadas un edificio energéticamente eficiente (al menos mucho más que los rascacielos que le rodean), que no necesita columnas adicionales en el interior gracias a su fachada y que es ejemplo de ese nuevo high-tech al que nos referimos en este artículo.
5. Aeropuerto Madrid-Barajas (2006). Proyecto: Richard Rogers + Estudio Lamela
Con el vidrio como material protagonista, una característica de la arquitectura high-tech, la terminal T4 diseñada por Rogers y Lamela, que entró en funcionamiento en 2006, funciona como una suerte de máquina. Se trata sin duda de un buen ejemplo de cómo ha ido evolucionando la arquitectura de Rogers, con una original cubierta ondulante de bambú con enormes lucernarios que hacen de la terminal un espacio agradable pese a su condición de lugar de paso. Los coloridos pilares en V también merecen una mención.