Los verbos conjugados en este proyecto de transformación de la iglesia medieval de San Millán en Sepúlveda (Segovia) en una vivienda son rehabilitar, reconstruir, consolidar y, sobre todo, respetar al máximo lo mínimo hallado por sus artífices, José Luis Gahona Fraga, de Darro 18 Arquitectos, junto con la constructora Mausha Marsá.

Dentro del recinto amurallado, el edificio está en una posición privilegiada al dominar las Hoces del Río Duratón y la frontera norte de Sepúlveda. “Se encontraba completamente en ruinas: la nave sin cubierta, la vivienda adosada (documentada por fotos de los años cincuenta) solo con el arranque de los muros, la bóveda de cañón de la cabecera derrumbada y la torre lateral tan típica de las iglesias segovianas desmochada”, comenta el arquitecto.

Volumen original

El proyecto ha creado una vivienda de siete dormitorios, con una superficie total de 317 m2, los marcados por el informe arqueológico. Para ello se rehabilitaron la nave y la cabecera, que acoge la vivienda principal, y se reconstruyó la casa adosada, con acceso desde la sala de estar. Un arco acristalado con vistas al Duratón hace de entrada principal abierta al salón, con lucernario y techo forrado de roble. Tiene doble altura “para no invadir el arco de medio punto y destinar el espacio debajo de la bóveda de cañón a sala de estar”. A los lados de la estantería de roble, dos correderas dan paso a cocina y comedor, interconectados, y a la escalera de tijera que, en el segundo tramo cambia de orientación y deja espacio a dos dormitorios gemelos con baño.

Los mayores retos de este laborioso cambio iniciado en 2017 los resume así Gahona: “Lograr que el sentido del volumen no se perdiera y recuperar la cota original de la iglesia para mantener a la vista las basas de las columnas que estaban ocultas”.

 

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Iglesia en ruinas (1)
Miguel de Guzmán

Un recinto amurallado

Desde este edificio de origen religioso, situado en el límite norte de Sepúlveda, se divisa el valle del río Duratón.

La cabecera cuadrangular de la iglesia, con ventana saetera en el testero y cubierta de bóveda de cañón, fue reconstruida durante las obras, al igual que las paredes laterales.

Iglesia en ruinas (5)
Miguel de Guzmán

Acceso a la torre

La escalera italiana y antiguo arco de acceso a la torre que ahora ilumina el salón.

Iglesia en ruinas (4)
Miguel de Guzmán

El gran arco

El arco triunfal con columnas adosadas y el arco fajón separan la nave de la cabecera con aspillera y frescos restaurados en el presbiterio. Bajo ellos, una franja de armarios en roble a medida, de Mausha Marsá.

Iglesia en ruinas (6)
Miguel de Guzmán

Los armarios no fallan

"El reto ha sido encajar una vivienda en un edificio religioso sin perder el volumen original", José Luis Gahona Fraga

Iglesia en ruinas (3)
Miguel de Guzmán

La nueva vida del salón

En el salón, estantería de roble a medida de Mausha Marsá. Del techo con lucernario, chapado en la misma madera, penden las lámparas Wireflow, de Arik Levy para Vibia.