Los interiores abiertos son una de las características fundamentales de los hogares modernos. Sin embargo, últimamente ha surgido con fuerza la pregunta de si se trata de una moda que está tocando a su fin y si la zona de día va a dejar de ser un lugar que integre salón, comedor y cocina para devolverle a esta última, poco a poco, un lugar independiente. La respuesta breve es que no. "Los espacios diáfanos seguirán demandándose. Los cambios estructurales en las viviendas no son de un año para otro; no son una moda, sino que forman parte de nuestra sociedad y de la forma en la que vivimos según nuestro tiempo y lugar", comenta la arquitecta Laura Ortín, fundadora del estudio Architecture for Happiness, con sede en Murcia.
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Brevemente…: ¿de qué hablamos cuando hablamos de concepto abierto?
Grosso modo, se trata de una distribución abierta en la que desaparecen las barreras físicas entre las zonas comunes; es decir, entre el salón, el comedor y la cocina. El resultado, por lo tanto, es un espacio diáfano, amplio y luminoso, al que también nos solemos referir como zona de día, donde interactuar con el resto de la familia o los amigos. En este artículo, que ilustramos con varios de los mejores ejemplos publicados en Arquitectura y Diseño, indagamos en algunas de las razones por las que los espacios diáfanos continuarán interesando a una gran mayoría de propietarios que reforman sus casas en 2025.
¿Por qué se demandan los espacios diáfanos y qué ventajas tienen?
Hay dos razones fundamentales por las que se siguen demandando los interiores abiertos y diáfanos. La primera tiene que ver con que las casas son ahora más pequeñas y, por lo tanto, compartimentarlas no es práctico. "El tema de espacio, efectivamente, es un factor clave para que este concepto se haya instaurado cada vez más y más, pero en viviendas donde hay superficie de sobra también se demanda porque es una idea cultural y social asumida", dice Ortín.
Además, como decíamos, la idea de concepto abierto responde al deseo de la sociedad moderna de disponer de espacios más flexibles en los que poder interactuar fácilmente. "La evolución social y cultural es lenta y esos cambios, en principio radicales, se van integrando y apropiando del espacio con el paso de los años. Ocurrió con la cocina –apunta Ortín–, cuyos olores y el sesgo de género la reportaban a la otra punta de la casa. El comedor es otro ejemplo. Antes era un lugar independiente del salón".
La optimización del espacio es clave en pisos modernos
Esa flexibilidad a la que aludimos es a la vez una ventaja porque se puede disfrutar de ambientes capaces de adaptarse a las necesidades de cada momento. "A día de hoy –apunta la arquitecta, ya no cocinamos tantas horas, existe (casi) paridad en el uso de este espacio y la cocina se asocia más a un lugar colectivo que individual. De hecho, las cocinas cada vez van desapareciendo como una tipología en sí. Actualmente, diseñamos zonas de estar donde se cocina y al elegir el mobiliario se piensa en los mismos materiales y colores para el salón y su 'espacio de cocinar' complementario".
En todo caso, el futuro será más multifuncional que abierto
Precisamente esa disolución del concepto tradicional de espacio, y más concretamente de la cocina, implica ventajas como una mayor optimización de los metros cuadrados; también que la luz inunde la zona de día, haciéndola más luminosa y acogedora.
En todo caso, es cierto que la vivienda moderna evoluciona rápidamente para adaptarse a nuevas demandas. Hoy, los espacios híbridos despiertan mucho interés. En general, los propietarios demandan espacios útiles y esa idea pasa por la multifuncionalidad. Los ambientes que pueden responder a distintos usos ofrecen posibilidades de reconfigurarse en función de la actividad que vayamos a llevar a cabo, ya sea trabajar, relajarse o, incluso, hacer un rato de ejercicio.