Desde sacar la vajilla premium solo para las visitas hasta no pintar las paredes en colores oscuros porque empequeñecen las estancias. En temas de la casa y decoración, hay mitos preestablecidos que se corean en la sociedad como un mantra que damos por sentados. Es hora de decir adiós a estas creencias y atrevernos a probar cosas e ideas nuevas, siempre con criterio, porque en decoración vale (casi todo) todo. Una vajilla buena para las visitas Nos parece perfecto dar el do de pecho y poner una mesa impecable cuando hay invitados, pero ¿por qué reservar lo bueno solo para las visitas? Desde aquí animamos a disfrutar cada día de la vajilla premium , esa que tiene el don de realzar los guisos. Un poco de hedonismo nunca viene mal. Las ventanas siempre con cortinas Otro tópico para desmontar. Si las vistas que se disfrutan a través de las ventanas son poesía visual, ¿para qué ocultarlas? Especialmente cuando lo que muestra la ventana es un paisaje natural, de campo mar o montaña, no tiene ningún sentido mantenerlo oculto de la vista con las cortinas. Incluso hay paisajes urbanos de postal que invitan a la contemplación diaria. Evita las paredes oscuras Un tono oscuro puede generar un gran impacto en una estancia y darle personalidad creando una atmósfera elegante. Eso sí, hay que escoger con tino. Un truco para acertar consiste en pintar solo dos paredes en tonos oscuros y el resto en colores más claros. Además, que la zona oscura esté cerca de una ventana, ayuda a que el espacio gane luminosidad. Cojines iguales que las cortinas ¿Hace cuánto que no llevas el zapato conjuntado con el bolso o el cinturón? Son costumbres del pasado, igual que la de coordinar los cojines con las cortinas en una habitación. Estos mullidos elementos son el broche indispensables para poner el toque final en la decoración de cualquier ambiente, ya sea el salón, el dormitorio o el cuarto de los niños. Lejos de escoger para ellos el mismo tejido que el de las cortinas, recurrir a otros diseños lisos o estampados ayuda a romper el equilibrio de una decoración monocromática, animar asientos y camas y, por supuesto, darle un aire nuevo a la habitación sin necesidad de un gran desembolso. Los cuadros colgados a la altura de los ojos Una vez más, hay que lanzarse a innovar con gusto. ¿Has probado a colocar los cuadros o pósters grandes apoyados contra la pared pero en el suelo o sobre otras superficies? Desde bañeras hasta cómodas en el dormitorio, pasando por estanterías en la cocina. Seguro captan tu atención. No mezclar estampados La decoración está para jugar y para pasárnoslo bien. A veces hay que salir de nuestra zona de confort y arriesgar. Si no cuentas con un profesional que te asesore para mezclar y acertar, hay una combinación infalible: la mezcla de rayas y cuadros queda perfecta cuando te ciñes a la misma gama cromática. Armario abierto con ropa y zapatos a la vista foto Pere Peris Los expertos no se cansan de repetirlo: el orden, la limpieza y la ventilación son imprescindibles para una distribución armoniosa. Para conseguirlo, hay que deshacerse de todo lo que no sirve y establecer un orden riguroso con todos los objetos que van a permanecer en casa y quedarse con aquellos que realmente usamos y nos aportan felicidad. Un espacio organizado genera eficiencia y disminuye el estrés. Un espacio con pocas piezas está vacío Podemos decir adiós sin miedo al h orror vacui y entregarnos a los brazos del mimimalismo, que busca reducir al mínimo los elementos necesarios. Eso sí, tiene que haber armonía y equilibrio entre los objetos que deben ser el mobiliario imprescindible para cumplir la función que se desarrolla en cada habitación.
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