Algunos expertos aseguran que los shakers fueron los primeros minimalistas, aunque no eran ni diseñadores ni interioristas. En realidad, fue una pequeña comunidad religiosa (Sociedad Unida de Creyentes en la Segunda Aparición de Cristo) fundada en la Inglaterra del siglo XVIII, que emigró a Estados Unidos en 1774 para establecerse y crecer allí. Pero nunca llegó a tener más de 20.000 seguidores puesto que el celibato de por vida era uno de sus preceptos y eso imposibilitaba tener niños. Pacifistas y defensores de la igualdad social y de género, en la actualidad su estilo de vida sencillo, su filosofía esencialista, su arquitectura tradicional y, sobre todo, sus diseños de muebles despiertan un renovado interés.
Hoy en día, solo existe una aldea shaker activa en el estado de Maine, compuesta por solo tres miembros. Una curiosidad sobre esta comunidad casi extinta: los llamaban shakers, que significa "agitados", porque durante sus rezos sus cuerpos temblaban al llegar al éxtasis. Entre las piezas básicas que crearon se hallan mecedoras con largo respaldo de escalera, cajas de madera ovaladas y armarios de cocinas rústicas que hoy influyen en los diseños de muchas marcas conocidas.
También fueron unos inventores excepcionales. Se les atribuye el diseño de las pinzas para tender la ropa, la primera lavadora, la escoba plana y la sierra circular. Todo su ingenio lo aplicaban a los objetos cotidianos porque para ellos el trabajo era una forma de oración. Su máxima era pensar primero en la función de la pieza o mueble y luego realizar el diseño más útil para crear orden y simplicidad, sin elementos decorativos innecesarios. No compraban cosas porque las hacían ellos y dedicaban su "atención plena" a esas tareas artesanales. Casi todos los objetos están diseñados para ser colgados (incluso las sillas) y poder así despejar el espacio, que usaban para bailar durante su culto. Por eso, los largos colgadores de madera son básicos.
Sencillez, simetría, una paleta simple de colores, ropa de cama blanca, muebles de líneas limpias, amor por la madera maciza bien trabajada, y un especial interés por la forma y la proporción. Las palabras que definen este estilo son utilidad y honestidad. Todo lo demás es accesorio y pres- cindible en una auténtica casa shaker.
Cuatro pautas para entender e inspirarte con el estilo shaker
- Las puertas de los muebles de cocina con molduras y sencillos tiradores de cobre.
- Armarios artesanales de madera maciza hechos a medida por expertos ebanistas.
- Cestos con asas, cajas de madera ovaladas y escobas planas de mijo.
- Largos colgadores de madera a menos de un metro del suelo para colgar utensilios y apoyar cuadros.
La sencillez en su máxima expresión
ARMARIOS DE COCINA.
Son ya clásicos. Frentes de puertas de cinco piezas: un panel central y cuatro montantes para dar resistencia.
MUEBLES.
Mecedoras y sillas sólidas con respaldo muy alto, mesas de patas cuadradas, armarios robustos...
COLORES.
Blanco, tostado, gris, verde y azul. Puertas amarilllas. Madera encerada o con tintes vegetales.
CONTRAVENTANAS.
En el interior. Sustituyen a las cortinas para poder filtrar con facilidad la entrada de luz.
MADERA. Las más usadas: cerezo, nogal y arce. La preferida, la de roble por sus vetas. También el rojizo sapeli.
PERCHEROS. Largos y de madera, sirven para colgar todo tipo de objetos. Los shakers colgaban incluso las sillas.
ORDEN. Con muchas opciones de almacenamiento: mesas con cajones, cómodas y armarios de pared a pared.
MINIMALISMO. Ambientes despejados de elementos decorativos que no tengan una funcionalidad clara.