Descansar y recargar energías es esencial para mantener un estilo de vida saludable y equilibrado. En ese sentido, el dormitorio se convierte en el espacio perfecto donde podemos relajarnos y desconectar del mundo que nos rodea. Y si hay un elemento que puede transformar por completo el aspecto de esta estancia, ese es el cabecero. Más allá de su función estética, un cabecero bien elegido puede puede brindarle personalidad y estilo propio al dormitorio, convirtiéndolo en un espacio acogedor y único. Incluso puedes animarte y crearlo tú mismo

 

¿Por qué tener un cabecero en el dormitorio?

Tener un cabecero en el dormitorio es esencial por varias razones. Esta pieza puede complementar la decoración existente, crear un punto focal visual y agregar un toque de elegancia al espacio. Además, el cabecero también tiene una función práctica al proporcionar un respaldo cómodo para apoyarse mientras se lee o se trabaja desde la cama. Proporciona comodidad y apoyo adecuados, especialmente para aquellos que disfrutan de actividades en la cama antes de dormir. También actúa como un elemento divisor entre la cama y la pared, creando una sensación de separación y definición. Esto puede ayudar a delimitar visualmente la zona de descanso y promover una sensación de intimidad y relajación en el dormitorio. 

En definitiva, un cabecero original puede ser el toque perfecto para transformar una habitación común en un espacio único, y en estas 15 casas lo han tenido muy en cuenta.

El cabecero en el Feng Shui

La primera de las reglas a la hora de colocar la cama para lograr el mejor descanso se refiere al cabecero: nuestra cama debe estar pegada a la pared por la parte del cabecero nada más, fuera del recorrido entre la ventana y la puerta, evitando estar alineados con esta. Lo ideal es tener la cama en diagonal con esta última. Según esta filosofía, es preferible tener un cabecero sólido y resistente que proporcione un respaldo adecuado y una sensación de estabilidad. Hay que evitar tener la cama apoyada sobre una pared que tenga una ventana encima. De esta forma, no estaremos conectados con el exterior, lo que hará que nuestro sueño sea más profundo y sobre todo, tranquilo. Es importante poder acceder a la cama por ambos lados, así que nada de pegarla a alguna de las paredes.

 

 

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