En la década de los 60, José Antonio Coderch de Sentmenat, conocido por defender una vuelta a la modernidad de la arquitectura popular mediterránea, proyectó, por encargo del Banco Urquijo, un grupo de viviendas en un solar ubicado en el barrio de Sant Gervasi de Barcelona. La construcción, un híbrido entre la ciudad-jardín, terminó en 1973 y estaba compuesta por seis bloques con grandes jardineras en la planta baja, fachadas con revestimientos de plaquetas cerámicas dispuestas en vertical, ventanas en esquina y cerramientos de lamas verticales de madera para controlar la entrada de luz del exterior. El Edificio de Banco Urquijo es uno de los ejemplos más claros de la reflexión desarrollada por el arquitecto en torno a la vivienda urbana, en el que se aprecian sus esfuerzos por hacer más habitable la ciudad, aunque al mismo tiempo el arquitecto aspire obstinadamente a proteger el hogar mediante el límite que la fachada establece claramente entre el interior y el exterior. En este emblemático escenario de la ciudad, el estudio Vilablanch ha reformado una vivienda para una familia con hijos que buscaba recuperar la esencia original del proyecto de Coderch.