En un edificio de comienzos de 1900 del elegante barrio de Salesas de Madrid, lo que fueron durante años las oficinas de la productora del director de cine José Luis Garci es ahora un dúplex que ocupa la quinta planta y el ático.
El estudio de arquitectura Zooco firma la transformación, que tenía como fin lograr "todas las comodidades necesarias para la vida cotidiana en dos alturas", indican.
Las paredes ochenteras de gotelé pintadas en azul o amarillo han dejado paso a superficies de madera y blancas que reciben luz a raudales porque la rehabilitación desveló que el falso techo ocultaba nada menos que cinco metros extra de altura en la zona abuhardillada.
Al comenzar la obra también salió a la luz una estructura metálica, hecha en el pasado para consolidar la vivienda, que ahora luce a la vista pintada en blanco para sintonizar con el elemento protagonista, la escalera suspendida que lleva al piso superior.
"La escalera no solo conecta físicamente los dos niveles, sino que también crea un vínculo visual y espacial en todo el proyecto". La distribución de sus 120 metros cuadrados responde a dos elementos arquitectónicos: la curva y la arista.
En la estrecha entrada arranca una pared curvada revestida con roble que "se expande gradualmente para abarcar todo el espacio, creando sensación de fluidez y amplitud. En contraste, la planta alta presenta un ángulo definido, con una gran cubierta abuhardillada que añade carácter y singularidad", añaden.
La madera es el hilo conductor de abajo (hall, cocina, salón, aseo de cortesía y cuarto de invitados) arriba, donde están la sala de estar –que es, a la vez, estudio y comedor–, y el dormitorio principal con acceso a una terraza. Y es que "las texturas desempeñan un papel fundamental en la identidad del diseño", dicen desde este estudio con un pie en Madrid y otro en Santander.
Una de las peculiaridades del proyecto radica en que la carpintería de roble desempeña varias funciones: por un lado, separa las zonas privadas de las sociales para garantizar la privacidad y, por otro, da continuidad a los ambientes."Acaba siendo una característica distintiva del diseño interior", indican.
De hecho, Miguel Crespo, de Zooco, comenta que "lo más difícil fue hacer todo íntegramente a medida con soluciones como la gran cristalera del cuarto o el espejo de la cocina, elegidos por el propio Garci, y que han encantado a los actuales habitantes para vivir aquí unos días al mes por trabajo".
Tras dotar de una nueva personalidad y funcionalidad al espacio, los arquitectos dejaron paso a Nuria Alía que, junto con la dueña, creó varios elementos a medida, como el sofá o la mesa del comedor.
"Me pidió crear un espacio sereno y confortable en el que desconectar –explica la interiorista–. Propusimos una mezcla de texturas, materiales y tejidos en tonos neutros y cálidos, que le dieran luminosidad y calidez, y de piezas de anticuario con otras actuales, muchas diseño nuestro, para imprimir carácter". Lo tiene, y es muy amable.