Trabajar desde casa, recibir amigos y tener espacio y luz para disfrutar de la vivienda. Estas son las condiciones de las que partieron en Estúdio BRA Arquitetura a la hora de afrontar la reforma de un apartamento de 130 metros cuadrados en el barrio de Vila Leopoldina de São Paulo. "Nos invitaron a hacer el proyecto de renovación del apartamento incluso antes de que terminara la construcción del edificio. Las demoliciones y construcciones posteriores fueron las que organizaron los ambientes para atender las especificidades y valores de la pareja que habitaría el apartamento".
En realidad toda la distribución fue dada la vuelta, buscando en todo momento aprovechar al máximo tanto los espacios como la luz natural. De esta forma, las zonas húmedas se reubicaron, dando paso a otros espacios que en algunos casos, nada tenían que ver con el ambiente para el que estaban previstos, tal y como explican desde el estudio. "La cocina y el lavadero han cambiado. El baño de servicio dejó de existir y se hizo espacio para un nuevo aseo. También se demolió el baño original y se convirtió en un nicho donde colocamos el refrigerador. Todos estos movimientos dieron paso a una isla con un diseño orgánico que organiza la cocina y crea la posibilidad de una cocina social. En ella tenemos dos taburetes, vitrocerámica, zonas de almacenaje y armarios".
Nuevos espacios, muchos usos
Dos cubos de carpintería verde delimitan la cocina. A la izquierda encontramos el guardarropa, la despensa y la cafetería. A la derecha, barra, nevera y baño, que tiene su puerta de carpintería y está delimitado por un círculo de vidrio esmerilado. Ambos propietarios trabajan desde casa, lo que significa que la cocina se usa mucho a diario. En el centro del piso tenemos los espacios de estar y televisión, y finalmente el balcón con una mesa para ocho personas, un nuevo espacio de estar que incorpora barbacoa.
Para la cocina se apostó por un revestimiento hecho con listones de madera y la viga de hormigón armado que separa el apartamento por la mitad ha sido picada, lijada y sellada, dejando así su hormigón visto.
En la sala tenemos dos obras de arte, una de Sérvulo Esmeraldo y otra de Tomie Ohtake. Además de las plantas y piezas de arte de juguete que se encuentran esparcidas por los ambientes.
Dos dormitorios se han convertido en una oficina. Y la suite de la pareja, con mucha iluminación natural y también con el techo lijado y de hormigón visto, se amplió, utilizando los mismos materiales que en el resto de la casa. Cuenta con un banco de maquillaje y dos armarios, uno para uso personal y otro para la colección de zapatos de la pareja.