En Parcent, un pueblo del interior de Alicante, a 20 kilómetros de las playas y calas de la zona, como La Fustera o De Les Marines, se encuentra esta antigua casa de labranza familiar del siglo XVIII, que en su tiempo fue un secadero de pasas de moscatel, tan característico de la región de la Marina Alta, y que ahora ha sido convertida en un apacible refugio para vacaciones. La arquitecta Marta Woodward, al frente de su estudio con sede en Madrid, ha sido la encargada de dar nueva vida al Riurau de María, que ofrece el encanto de antaño con la máxima comodidad para sus huéspedes, ya que la vivienda de tres habitaciones está pensada para alquiler de uso vacacional.
La casa cuenta con un gran salón, tres dormitorios y cuatro baños, así como una amplia cocina-comedor que se conecta con el jardín. "Nos sumergimos en la esencia del lugar para recrear su atmósfera original. Nuestra meta fue crear un ambiente que transmitiera serenidad, emoción estética y al mismo tiempo, una sutil nostalgia por la tradición", cuenta la arquitecta artífice del proyecto.
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