Él ha logrado convertir este antiguo taller de escultor en ruinas, en un solar complicado y con muchas limitaciones, en un hogar lleno de claroscuros interiores donde la luz es el invitado más celebrado. Ella tiene su estudio al otro lado del patio. Silencio, aquí se crea.
Una jugada maestra del azar, con Barcelona como telón de fondo, es la génesis de esta casa en el barrio de Vallcarca, el gran olvidado de la capital catalana, al norte de Gracia. Ya saben, demoliciones y planes urbanísticos que no acaban de materializarse desde hace décadas.
Vivir allí no es glamuroso, más bien al contrario, pero tampoco es impedimento para crear un hogar. Y la prueba de ello es la felicidad que irradian sus habitantes, la pareja formada por el arquitecto Juan Gurrea Rumeu (Barcelona,1990) y la artista Beatriz Dubois (Madrid, 1991), que son el vivo ejemplo de que el destino a veces juega a nuestro favor.