De bungalow de los años 60 a imponente vivienda abierta a la naturaleza

Una arquitectura modernista

Construida originalmente en 1960, esta pequeña construcción de una sola planta, con algo más de 200 metros cuadrados, se ha renovado por completo. Su arquitectura de autor anónimo sigue los cánones de las casas modernistas de mediados de siglo.

"Tomamos de referencia las casas modernas de México y Australia" Stephanie Brown

En la foto, el acceso al solárium desde el dormitorio principal con parasol y hamacas de Modern Hacienda.

Acabados naturales

Para conseguir ambientes cálidos, relajantes y despejados, la diseñadora de interiores optó por tonos pergamino para revestimientos y encimeras, combinados con acabados en madera maciza natural de nogal y toques de latón.

Baldosas de hormigón estriado y paneles de nogal enmarcan la chimenea original recuperada, que está situada estratégicamente entre el salón y el comedor en un espacio diáfano.

Entre las butacas Wassily, mesa auxiliar de aluminio Lagos, en Lulu and Georgia. Alfombra de la serie Ribbon, realizada en lana de Nueva Zelanda, de Colin Campbell

Detalles minimalistas

“La paleta uniforme y apagada y los detalles minimalistas crean una sensación de amplitud y tranquilidad, mientras que las texturas en capas ofrecen una calidez acogedora”. La gama cromática elegida por los dueños, “suave, apagada y orgánica, a base de tonos y tramas”, comulga además con la filosofía del estudio de Brown. “Ofrecía un enfoque más calmado y una sofisticación midcentury, en contraste con los notorios estallidos de color y los atrevidos estampados típicamente asociados con Palm Springs”. 

La vivienda cuenta con patio exterior de entrada, salón, comedor, cocina, tres dormitorios, tres baños y un jardín con piscina. Esta última conserva la forma sinuosa semiarriñonada que recuerda escenarios de películas norteamericanas de los años sesenta y setenta, y que solamente se ha actualizado con nuevos azulejos.

En el comedor, mesa de travertino Cava Fluted, de Eternity Modern; butaca Crown, de Mass Productions, en Hem Interiors; sillas S32 vintage de Marcel Breuer para Thonet, en Modern Hacienda; lámpara de techo Waldorf Triple, de Lambert & Fils, en Above 90 Lighting; cuenco, de West Elm, y, en la pared, esculturas colgantes, de Mojave Flea Trading Post

Mosaicos que hacen la diferencia

Detalle de la zona de aguas de la cocina, con salpicadero de mosaico en formato de retícula Savoy en tono Oyster Gray, de Ann Sacks; encimera Fresh Concrete, realizada en mineral, porcelana y cuarzo, de Caesarstone; fregadero de acero inoxidable, de Kohler, y grifo de latón, de la firma inglesa Perrin & Rowe, en House of Rohl.

Cocina con diseño en línea

En cuanto a la cocina, antes tenía forma de U y ahora presenta un diseño más lineal, incorporando una isla que la separa del salón y el comedor.

Ubicada entre el comedor y el salón, la cocina tiene una barra de desayunos con encimera Fresh Concrete, de Caesarstone; muebles de nogal realizados por un carpintero, y taburetes altos Fiber, de Iskos-Berlin para Muuto. Junto al tragaluz cenital, focos orientables dorados, de Long Made Co.

Un tocador a medida

Tocador de nogal a medida con lámpara de Mojave Flea Trading Post y puf Yurewn de fresno, de Lulu and Georgia.

Terrazo protagonista

En el baño del dormitorio principal, suelo y pared de terrazo Renata en tono Brûlée, de Ann Sacks; apliques Mini Orb, en Allied Maker; encimera, de The Stone Lab; muebles de nogal a medida y griferías de latón, de Phylrich.

El gran punto focal

Una de las piezas clave de la rehabilitación y la favorita de Stephanie es la chimenea central entre salón y comedor, de la que comenta: “Era importante conservarla tanto por la necesidad estructural como para mantener cierta separación entre el salón y la cocina”. Fue preciso desmontar el frente antiguo ladrillo a ladrillo para volver a revestirlo con baldosas de hormigón estriado y paneles de nogal. “Fue costoso por los detalles y la coordinación de oficios, pero ahora es digna de ser el punto focal principal”, concluye

Stephanie Brown en el salón, con consola Pierre, de Kravet; tótems, de Dustin Gimbrel, en The Back Yard, y fotografía, de Petros Kublis.