Studio MK27, fundado por Marcio Kogan y con sede en São Paulo, es conocido por su visión contemporánea de la arquitectura modernista brasileña y la tipología de villa tropical, y la mayor parte de su trabajo hasta la fecha se ha desarrollado en climas cálidos –incluyendo España–. Por eso, diseñar esta casa de 1.130 m2 a cuatro manos entre Marcio y su colega del estudio Suzana Glogowski en un clima tan diferente como el de Whistler –destino para los aficionados al esquí a dos horas al norte de Vancouver– supuso todo un desafío. Sin embargo, a pesar de no estar familiarizado con las temperaturas del lugar, el instinto del brasileño para crear viviendas en armonía con su entorno también ha funcionado aquí.

“Quería crear aquí la misma conexión entre interior y exterior que en climas más cálidos. Independientemente de la ubicación geográfica, el proceso de diseño es el mismo”, comenta. Se trata de una casa de vacaciones para un cliente que pasa la mayor parte del tiempo en Vancouver y buscaba un lugar de retiro, tanto para escapar de la ciudad con su familia de cuatro miembros como para recibir invitados. Inspirados por el paisaje, los arquitectos decidieron trabajar con un gran rectángulo de cristal. “Al mismo tiempo, el volumen parecería ingrávido, como si flotara sobre el suelo”, añade Marcio refiriéndose al voladizo de la caja que aprovecha el desnivel de la parcela.

La estructura se situó en ángulo respecto del terreno para sacar el máximo partido de las vistas, y se diseñó en tres niveles: una planta baja semienterrada, que contiene el garaje y una bodega; una primera planta con la entrada peatonal, tres dormitorios de invitados y una piscina cubierta con gimnasio anexo, y el nivel superior –la caja de cristal propiamente dicha– donde se ubican la zona de día, la suite principal y los dormitorios de los hijos.

Casa en el bosque y nieve

Gracias a su inteligente encaje en la colina, la Flag House parece una casa de una sola planta, pero en realidad es un enorme voladizo que genera debajo un zócalo semienterrado, en cuyas fachadas de cristal se refleja el paisaje.

Fernando Guerra | Proyecto: Studio MK27

El entorno se refleja constantemente en su fachada transparente, aportando una capa de naturaleza al interior a cada paso. Para enfatizar aún más la conexión entre el edificio y el paisaje, el equipo trabajó con materiales naturales como el roble y la pizarra Ocean Pearl de la zona, en combinación con su base de hormigón y su armazón superior metálico.

El estudio también se encargó del interiorismo, dirigido por Diana Radomysler y Pedro Ribeiro, quienes se ocuparon tanto de los muebles y accesorios a medida como del mobiliario, en el que predomina una mezcla de piezas modernistas y contemporáneas, cuidadosamente recogidas en tiendas y subastas a lo largo de dos años.

Casa en el bosque

La casa se encuentra en medio de un bosque canadiense.

Fernando Guerra | Proyecto: Studio MK27

Como resultado, la casa está perfectamente sincronizada con el lugar, y a juzgar por la presencia de los osos que, según el cliente, a veces merodean por la terraza exterior, parece que la naturaleza la ha acogido en su seno.

 

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