Pandolfini Architects muy bien podría dedicarse a las artes escénicas, a tenor de lo visto en esta casa de 900 m2 –sótano más tres plantas– ubicada en el exclusivo barrio de South Yarra en Melbourne, Australia. En un entorno constituido por un pastiche de edificios de apartamentos y casas de la época victoriana, y como si de un telón que oculta el espectáculo que está a punto de comenzar se tratara, la fachada ciega de hormigón que da a la calle encierra un grandioso vestíbulo de entrada a doble altura, a la manera de un foyer teatral.

Entrada casa

El espacio verde que le rodea es todo un acierto.

Rory Gardiner | Proyecto: Pandolfini Architects

“Queríamos crear una experiencia más parecida a entrar en una galería o un edificio público que en una casa; un momento inesperado único y atípico en una arquitectura residencial”, señala Dominic Pandolfini, fundador del estudio, cuyo trabajo se ha visto acompañado del interiorismo de Simone Haag y el paisajismo de Myles Baldwin Desing. Así pues, la aparente sencillez y robustez de la cara visible proporciona en realidad un escudo protector a los habitantes y un contenedor para las formas escultóricas y la delicada materialidad que se despliegan en el interior.

Comenzando por la impresionante escalera helicoidal que conduce desde el vestíbulo –detrás del cual se sitúan varios dormitorios, los servicios y, al fondo, el jardín posterior– al primer nivel, donde se despliega la zona de día. Allí, en el espacio de la cocina, encontramos otro gesto teatral: un monolito de mármol en zigzag a modo de isla, que dialoga con las superficies de zinc de los armarios y el suelo de roble en espiga.

Casa Australia

El estilo escultórico de la arquitectura se puede percibir justo en la entrada.

Rory Gardiner | Proyecto: Pandolfini Architects

Una gran terraza con piscina se extiende desde el salón principal y se proyecta sobre el jardín de abajo. La exuberante vegetación suaviza los acabados y la escala de la forma construida, a la vez que añade dramatismo a la arquitectura atrevida y texturizada, invocando una vez más el sentido escénico. En el nivel superior, un cajón de zinc perforado por un gran ventanal circular retranqueado se proyecta sobre la fachada posterior, acogiendo en su interior el baño y el dormitorio principal.

Los materiales y métodos de construcción se han seleccionado cuidadosamente por su longevidad y mínimo mantenimiento. Profundos voladizos y una cubierta de lamas retráctiles protegen del sol del oeste. El vestíbulo de entrada se calienta de forma pasiva a través de sus ventanas de seis metros de altura con rotura de puente térmico y doble acristalamiento. La casa está equipada además con un amplio sistema de almacenamiento de aguas pluviales y paneles solares. Funcional y estéticamente, the show must go on.