Se trata de la serie revelación del año y como muestra su triunfo en los Emmy 2020, en los que ha conseguido los premios a mejor serie dramática, mejor actor –Jeremy Strong–, mejor dirección y mejor guión. Para muchos es la heredera de Juego de Tronos por sus tramas de luchas cainitas por el poder en la familia protagonista. Para nosotros es sin duda una oportunidad de ver algunas de las casas más espectaculares de Nueva York.
Emmy Stephen Carter (diseño de producción) y Emmy George DeTitta Jr. (decorador de escenarios), son los encargados de recrear el mundo en el que viven los Roy, una familia disfuncional neoyorquina que posee casas en el Upper East Side y oficinas en las torres más altas de Manhattan. Carter escogió para el piloto la Casa Harold Pratt y la Sociedad Histórica Irlandesa-Americana de Nueva York, pero mantener el alquiler de ambos era tan costoso que decidió recrear una réplica permanente; de esta forma se entiende que la biblioteca solo aparezca en el episodio piloto.
Para buscar las mejores localizaciones se inspiraron en las viviendas de los magnates de la comunicación Rupert Murdoch y Rumner Redstone. Estaba claro que el escenario debía tener vistas al museo Metropolitan y a Central Park, así que, aunque la residencia familiar se recreó en los estudios de sonido de la Silvercup Studios East en Long Island, en realidad todos creemos que es uno de los edificios que componen el Millionaires Row neoyorquino. Para las oficinas de Waystar Royco escogieron los rascacielos 4 y 7 del World Trade Center principalmente por las vistas; de hecho desde la oficina del patriarca de la familia se puede ver el Empire State Building.
Pero si en la primera temporada el dúplex familiar ya nos dejó boquiabiertos, en la segunda temporada se superan. La casa de los Hamptons a la que la familia se desplaza para pasar las vacaciones es una de las más caras de la zona en la que los neoyorquinos suelen pasar el agosto. Las habitaciones tienen suelos de mármol, lámparas de araña que cuelgan de los techos y sobre todo, una playa privada.
El loft que Kendall regala a su primo Greg es espectacular, y además está en venta. Se trata de un dúplex situado en un edificio con estructura de hierro del siglo XIX, que cuenta con casi 300 metros cuadrados (bastante modesto para lo que son el resto de localizaciones de la serie). Tiene cuatro dormitorios y tres baños, pero lo que más llama la atención es el salón con doble altura.
Los acabados del apartamento son de lo más lujosos: suelos de madera de roble, cocina con encimeras de mármol Bianco Oro y grandes ventanales con vistas a la gran manzana, lo mejor para ver y ser visto. Seguro que después de esto te engancharás a la serie ¿preparado para conocer todo sobre los Roy?