La interiorista Olga Manakova comparte con Arquitectura y Diseño los detalles fascinantes del proyecto que llevó a cabo para una pareja francesa con un gusto impecable y un deseo claro: transformar una casa que había dejado una reforma en espera y convertirla en un refugio de tranquilidad y elegancia.

La pareja, frecuente visitante de Moscú por motivos laborales, se encontró con una joya arquitectónica en forma de una villa modernista de 500 metros cuadrados con una renovación en pausa. Decidieron confiar en la experiencia de Olga Manakova para adaptar la casa a su estilo de vida. La petición principal: un interior completamente blanco que sirviera como un "templo de pureza" al llegar a casa desde el bullicio de la ciudad.