Cuando a la diseñadora Lena Zufarova le encargaron que vistiera de forma ordenada pero acogedora una casa en el campo en las afueras de la ciudad rusa de Troitsk, no tardó en visualizar su objetivo. Aunque sus clientes tenían en mente un interior completamente blanco, Zufarova rápidamente los disuadió. En lugar de un espacio incoloro, la diseñadora apostó por tonos naturales e infundió personalidad a cada habitación a través de sutiles textiles y materiales que se mezclan con formas delicadas. En la casa, ejecutada por el estudio Bureau 80/88, la diseñadora creó en sus 230 metros cuadrados habitables un refugio cálido, honesto y en conexión con la naturaleza.