De sus ideas vanguardistas, nacieron construcciones imposibles, pero también algunas edificaciones rompedoras que abrieron la senda de una nueva arquitectura. Su planteamiento fue una crítica a la situación del momento, al urbanismo devastador, una defensa de la ecología y una reflexión sobre el mundo. De la arquitectura pasaron al diseño (por ser más sencillo de llevar a cabo), a los interiores, e incluso, a la performance o al land art. Algunos de ellos, como Rem Koolhaas, siguen en activo aplicando sus ideas radicales a la realidad contemporánea.