Los arquitectos más famosos y con más talento no se libran de ser humanos y cometer errores. Ya sea por un mal diseño, una mala elección de materiales o un concepto poco práctico, muchos edificios han sido un verdadero fracaso y han recibido aluviones de críticas.

No es solo un fenómeno contemporáneo. A lo largo de la historia, ha habido numerosos ejemplos de proyectos arquitectónicos que no cumplieron con las expectativas, generaron críticas o resultaron en desastres estructurales. Uno de los errores históricos más populares y más instagrameables (incluso antes de que existiera Instagram) es la famosa Torre de Pisa, en Italia, diseñada por Bonanno Pisano. La mala elección del terreno y la falta de cimientos adecuados son los causantes de la inclinación que la convierte hoy en día en todo un icono de la ciudad italiana. También en tiempos modernos y contemporáneos, algunos arquitectos de renombre, con una trayectoria impecable, han creado su propia Torre de Pisa en algún momento. Te dejamos algunos ejemplos.

 

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Beetham Tower, de Ian Simpson
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Beetham Tower, de Ian Simpson

Este rascacielos de 46 plantas se encuentra en el centro de Mánchester, Inglaterra. Se completó en 2006 y es el edificio más alto de la ciudad y actualmente alberga el hotel Hilton. Su delgada estructura lo convierte en uno de los rascacielos más estrechos del mundo, dándole una apariencia esbelta y elegante. Como diseño, es espectacular. Sin embargo, hubo un aspecto que no se tuvo en cuenta: cómo iba a afectar el viento. En este caso, creando un zumbido que puede escucharse a varios kilómetros de distancia. En 2007 se colocaron algunos elementos de aluminio para reducirlo.

John Hancock Tower, de Henry N. Cobb de la firma I. M. Pei & Partner
Wikimedia Commons

John Hancock Tower, de Henry N. Cobb de la firma I. M. Pei & Partner

El rascacielos conocido como The Hancock, en Boston, cuenta con 60 plantas y 241 metros de altura. La torre fue completada en 1976 y se mantuvo durante 30 años como el edificio más alto de la ciudad. Aunque es un importante logro en cuanto a diseño de rascacielos minimalistas y modernos, estuvo rodeado de problemas y defectos de ingeniería. Su apertura se retrasó cinco años y su coste total se disparó. Hubo problemas desde los cimientos, que provocaron daños en edificios aledaños y hubo que reparar. Lo más notorio fue el desprendimiento de las ventanas de cristal. Paneles enteros de 227 kilogramos se estrellaban en el suelo cuando soplaba el viento. Para solventarlo, hubo que sustituir todos los paneles, elevando con cifras millonarias el presupuesto. 

Stata Center MIT
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Stata Center MIT, de Frank Gehry

El complejo académico para el Instituto Tecnológico de Massachusets, fue diseñado por Frank Gehry e inaugurado en 2004. Sus paredes inclinadas y ángulos imposibles, son una huella inconfundible del arquitecto, que en este diseño vuelve a desafiar la lógica y la perspectivas. Sin embargo, este edificio no ha dejado de generar polémica desde su construcción. Su elevado presupuesto, unos 300 millones de dólares, no parece haber compensado. Las formas arriesgadas provocaron numerosas grietas en cimientos y paredes hasta el punto de que el MIT llegó a demandar al arquitecto y las empresas constructoras por, literalmente, filtraciones, grietas, crecimiento de moho y caída de escombros. Probablemente fue, no tanto culpa del diseño sino de los materiales pero, en cualquier caso, no cumplió con las expectativas.

The Harmon Tower, de Norman Foster
Cygnusloop99, CC, via Wikimedia Commons

The Harmon Tower, de Norman Foster

Concebido como un hotel de lujo en Las Vegas, este edificio diseñado por Norman Foster, fue un fracaso inacabado y, posteriormente demolido en 2015. El exterior fue terminado en 2009, pero el trabajo del interior quedó paralizado, después de que los inspectores revelaran más de 7.000 defectos en sus construcción. Durante años, no se hizo nada, y en 2011, otro estudio reveló serios defectos estructurales que podrían hacer colapsar al edificio en caso de terremoto. 

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The Walkie Talkie, de Rafael Viñoly

Este rascacielos en Londres, de 160 metros de altura y 36 pisos, fue muy criticado por su diseño poco práctico. Inaugurado en 2014, con un coste superior a los 200 millones de libras, su forma peculiar resultó ser, además de extravagante, un tanto desastrosa. Su diseño cóncavo hace que los vidrios de las ventanas creen un efecto lupa que concentraba la luz solar a nivel de suelo, generando daños a vehículos y edificios cercanos. Para solventarlo, se cubrieron las ventanas con persianas. 

Santiago Calatrava ciudad de las artes y las ciencias de Valencia

Palacio de las Artes Reina Sofía, de Santiago Calatrava

El famoso arquitecto Santiago Calatrava, acumula numerosas críticas en algunos de sus diseños, por fallos fundamentalmente estructurales. Entre ellos, el más popular es el Palau de las Arts, en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. En 2006, apenas ocho años después de su inauguración, se hundieron partes del edificio. El coste de la reparación ascendió a 540.000 euros (y el presupuesto del edificio había sido de 382,5 millones de euros). Posteriormente, en 2007, tras unas lluvias torrenciales el edificio quedó anegado y hubo que invertir otros 16,7 millones en la reparación de desperfectos.

 

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