La aparición de las cámaras fotográficas digitales posibilitaron la toma ilimitada de fotografías, sin gastar en carretes y revelados. Los avances tecnológicos en la comunicación telefónica celular con acceso a internet y la aparición de aparatos «listos» (los smart phones, antecesores de los actuales móviles que comienzan a incorporar software de inteligencia artificial), provistos de cámaras fotográficas, terminaron de provocar una inusitada democratización de la fotografía. Sólo faltaba que surgieran aplicaciones como Instagram para que la fotografía viviera su auténtica edad de oro, en la que no dejan de aparecer artistas gráficos que pueden llegar a sumar cientos de miles de seguidores, como es el caso del arquitecto (y fotógrafo) barcelonés Nicanor García.