La cantante lisboeta actúa el 2 de febrero en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional de Música de Madrid. Se trata de la presentación de Maria, su quinto álbum, el más personal de su carrera, ya que en el ha compuesto siete de sus doce canciones y también se ha implicado en la producción. Puede que por ahí aparezca Pablo Alborán, con quien ha colaborado ya en un par de discos y en los famosos conciertos del malagueño en la plaza de toros de Las Ventas.
Estudiaste marketing y publicidad. ¿Cómo afrontas los aspectos de diseño y creatividad en tu carrera? ¿Supervisas directamente el diseño gráfico de discos y carteles, la escenografía, tu vestuario?
Es algo que me interesa mucho y pongo toda mi energía y creatividad en ello. Tengo un equipo de trabajo que me asesora, claro. El director creativo de mi último disco ha sido Giovanni Bianco, un artista brasileño que vive en Nueva York [es el fundador de GB65, estudio que ha desarrollado campañas publicitarias para marcas como Miu Miu, Versace, DSquared2, Dolce & Gabbana, Nike, Salvatore Ferregamo o Missoni y que hasta hace un año era el director creativo de Vogue Italia] y la escenografía de mi gira actual la he diseñado yo misma, basándome, eso sí, en la creatividad que había desarrollado Bianco para el disco.
Si el fado fuera un estilo arquitectónico, ¿cuál crees que lo representaría mejor?
¡El fado…! ¡No lo sé! Nunca lo había pensado. Desde luego, nada que sea minimalista. En todo caso, podría ser algo de estilo manuelino portugués [estilo arquitectónico que surgió durante el reinado de Manuel I de Portugal a finales del siglo XV y se extendió durante el siglo XVI], porque tiene sus contornos, unas líneas muy definidas, pero todo con matices muy ricos y con muchos adornos. Igual que el fado, que es un lenguaje musical muy rico.
¿Dónde construirías la casa de tus sueños y a quién le pedirías que hiciera los planos?
Probablemente en el campo, en Portugal. Pero cerca del mar. Portugal tiene una costa muy rica, la costa sur, en el Alentejo. Hay mucha riqueza de campo junto al mar. Y el arquitecto sería mi hermano, Rodrigo Rebelo de Andrade, que me conoce íntimamente y es alguien con quien podría hablar todos los días sobre lo que quiero hacer.
¿Cambias frecuentemente la decoración de tu hogar?
No, porque decorar me lleva mucho tiempo. No tenía casi nada en casa y la he ido decorando durante mucho tiempo, cosa por cosa. Yo diseñé mi sofá y en un viaje a China me traje las telas que quería y que descubrí allí. De ese viaje también me traje lámparas. En realidad, voy encontrando cosas que me encantan y me dicen algo. Me encantan visitar ferias de antigüedades y encontrar cosas que yo misma pueda transformar. Por eso no cambio constantemente, porque voy creando mi hogar muy lentamente.
¿Vas a IKEA por sus albóndigas o te gusta por algo más?
Voy muy poco, pero compro platos y trapos de cocina. Cosas mayores no.
¿Empleas cuadros o esculturas como elementos decorativos?
Claro, pero no te voy a decir de quien. Me gusta mantener el secreto. El arte es para convivir, no para presumir.
¿Buscas objetos de diseño «de autor» o desconoces de quién es el sillón en el que te sientas?
Los busco. Sobre todo, diseñadores portugueses. Susana Sarmento, JoãoQueirós, etc. Y a veces los busco para que me sirvan de inspiración.
Confiesa… ¿alguna vez te has llevado a casa un mueble viejo, de esos que la gente deja junto a los contenedores?
Sí, varias veces. En Lisboa se suelen dejan en la calle muchas cosas: espejos, muebles, etcétera… Lo que encuentro y me gusta lo limpio y lo transformo.