Un lugar envuelto por naturaleza silvestre, las aguas vibrantes de un río y un patrimonio histórico marcado por la arquitectura romana de la Península Ibérica, se podría decir que roza el paraje ideal. Un municipio que reúne todas estas características es Frías, también conocido como Ciudad de Frías. Este pueblo se encuentra en la zona noreste de la provincia de Burgos, en Castilla y León, rodeado de un paisaje que no deja a nadie indiferente.
Según la revista Viajes National Geographic, es el mejor pueblo para visitar durante el mes de noviembre. El otoño es la época idónea para conocer uno por uno sus monumentos, el estilo clásico de sus casas y la flora autóctona de la zona. El río Ebro baña el paisaje de esta localidad de la comarca de Las Merindades, la que se cobija bajo el cerro burgalés de La Muela.
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Frías, mucho más que un pueblo
Con tan solo 267 habitantes, se podría decir que Frías es la única localidad con menos de 10.000 ciudadanos que se considera 'ciudad'. En el año 1435, este pueblo logró ser la capital del valle de Tobalina, razón por la que ganó el distintivo de gran urbe y se sigue conservando hoy en día. El pasado de esta "pequeña metrópolis" está marcado por la llegada de los romanos a la península y las construcciones de la época medieval.
El legado que se mantiene de estos tiempos antiguos no es poco. Nada más llegar, se puede pasar por el gran puente que cruza el río. Fue edificado en el siglo XII y sigue la corriente artística gótica, tanto en su estructura como en los elementos decorativos que lo componen. Tiene diversos arcos y una torre central que separa los dos bloques de la construcción. A lo largo de los años, el monumento ha tenido diversas remodelaciones y su aspecto ha podido variar desde su creación.
Sin embargo, su lugar de interés más distintivo es el Castillo de los Duques de Frías. La edificación se encuentra completamente integrada sobre el cerro de La Muela, que hace como principal base de su estructura. Tal y como recogen algunos escritos, se cree que su realización empezó en el siglo X. Sin embargo, no fue hasta el 1201 cuando se elevó su estatus, al ser un sitio estratégico para vigilar el territorio. Los restos están muy bien conservados y destaca el torreón de uno de los laterales, por ser su punto más alto.
Naturaleza por los 4 costados
Frías no solamente alberga un gran pasado, sino que también cuenta con un entorno lleno de bosques y lugares que rebosan naturaleza. Uno de ellos es la cascada del río Molinar, que cruza gran parte del pueblo, en forma de desfiladero. Dispone de una serie de molinos y otras herramientas que años anteriores aprovechaban el trascurso del agua para crear energía. Además, está envuelto por los árboles y plantas típicos de la zona, que crean un paisaje muy tranquilo.
Otra de las ubicaciones que no te puedes perder es el Parque Natural de los Montes Obarenes. Se encuentra en la zona burgalesa de San Zadornil, y también recoge parte de la provincia de Álava, en el País Vasco. Este lugar destaca por tener diferentes caminos y sitios para disfrutar de la flora y la fauna, aparte de montañas altas que rodean toda el área. Los picos más altos son el Monte Cantoña, Cumbre Buey y Alto de La Verdina; respectivamente.
Otros sitios que no hay que perderse de Frías
Esta pequeña ciudad disfruta de una serie de puntos de interés que se conocen por su arquitectura y estilo.
Las Casas Colgantes
Cuenca no es la única ciudad de la ancha Castilla que tiene casas colgantes. Al igual que el castillo principal, algunas viviendas de la localidad aprovecharon el peñón de La Muela como base. Los bordes del cerro mezclan la naturaleza con la tradición, con estos hogares hechos con madera y la piedra caliza de la toba.
Monumento Natural de Ojo Guareña
Esta edificación, construida debajo de numerosas cuevas, es uno de los puntos más sorprendentes de la zona. Se encuentra en Quintanilla del Rebollar y destaca por ser una de las construcciones más grandes del mundo hechas debajo de una gran piedra caliza.
Lavadero medieval
El también conocido como "La Fuentecillas" es uno de los núcleos sociales que más se utilizaba en el pasado. Su estructura tiene una estilo muy típico del norte, con unas columnas de piedra, sin ventanas y un techo en forma de pico. En su interior, se encuentra una balsa que se utilizaba en la años atrás para lavar la ropa.